Leer: Éxodo
16:11-31 | La Biblia en un año: Mateo 18:1-20 | Mi madre enseñó en la escuela
dominical durante décadas. Un día, quería mostrar cómo Dios les proveyó comida
a los israelitas en el desierto. Para darle vida a su relato, hizo un «maná»
para los niños de su clase. Cortó trozos pequeños de pan y les puso miel
encima. Su receta se inspiró en la descripción bíblica: «dulce como el pan con
miel» (Éxodo 16:31 tla).
Cuando los
israelitas encontraron el pan que Dios envió del cielo, parecía una helada
sobre la tierra: «Y viéndolo los hijos de Israel, se dijeron unos a otros: ¿Qué
es esto?» (v. 15). La palabra hebrea man significa «qué»; por eso, lo llamaron
maná. Descubrieron que podían molerlo y hacer panes para cocinar (Números
11:7-8). Sea lo que fuere, llegaba de manera desconcertante (Éxodo 16:4, 14),
tenía una consistencia singular (v. 14) y duraba poco (vv. 19-20).
A veces,
Dios provee de modo sorprendente. Esto nos recuerda que nuestras expectativas
no lo limitan y que no podemos predecir lo que hará. Mientras esperamos, nos
concentramos en su Persona y no en lo que podemos hacer para encontrar gozo y
satisfacción en nuestra relación con Él.
Querido Dios, ayúdame
a aceptar tu provisión y la manera en que decides enviarla.
Gracias por ocuparte
de mis necesidades y suplirlas.
Fuente:
Nuestro Pan Diario
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