Mateo
5.13-16 | Biblia en un año: Josué 7-9 | ¿Qué mensaje está transmitiendo? Cada
persona da testimonio de sus convicciones y prioridades según la manera como
vive. Jesús dijo que, para un mundo que nos observa, los creyentes debemos ser
como la sal y la luz, que simplemente no pueden ser ignoradas.
Si añadimos
sal a la sopa, el mejor sabor es evidente; y cuando iluminamos una habitación,
la oscuridad huye. Nuestro carácter, conducta y conversación deben ser una
declaración fuerte y clara de la importancia de Dios, la necesidad de
Jesucristo, y el poder del Espíritu Santo.
Para vivir
de una manera que glorifique al Señor, debemos comenzar por la lectura y el
estudio de las Sagradas Escrituras. Al meditar en su Palabra, Dios nos habla, y
nosotros asimilamos gradualmente sus principios. Esto nos permite influenciar
positivamente al mundo.
Una buena
manera de aprender las lecciones de la Biblia es mediante el estudio de la vida
de grandes siervos de Dios, como Abraham, Moisés, Daniel, David, Ester, María y
Pablo. Uno pudiera dedicar muchas semanas en el mensaje de vida de cada uno de
ellos, como está revelado en la Biblia. Sus historias tienen mucho que
enseñarnos en cuanto a la manera de enfrentar las situaciones, lo que
descubrieron mediante sus errores y cómo se relacionaban con Dios.
Por estos
relatos bíblicos, y también por otros pasajes, aprendemos que nuestro Padre
celestial tiene un propósito para nosotros. Él desea conformarnos a la imagen
de su Hijo Jesucristo. Reconociendo esto, podemos establecer un ejemplo que los
demás podrán imitar. Como dijo Pablo: “Sed imitadores de mí, así como yo de
Cristo” (1 Co 11.1).
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