Leer: 2
Pedro 3:1-13
| Un día,
cuando dejé a mi esposo en la estación de ferrocarril local, observé al
conductor que miraba para ver si había algún rezagado. Una mujer con el cabello
mojado salió corriendo del estacionamiento y se subió al tren. Después, un
hombre con traje oscuro corrió hacia la plataforma y entró en un vagón. El
conductor esperaba pacientemente mientras varias personas más llegaban a último
momento y subían.
Tal como el
conductor fue paciente con los que abordaban el tren, así espera Dios que las
personas lo conozcan a Él. No obstante, Jesús volverá un día y «los cielos
pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos» (2
Pedro 3:10). Cuando esto suceda, o cuando nuestro cuerpo físico muera, será
demasiado tarde para tener una relación con Dios.
Pedro
señala que «el Señor […] es paciente para con nosotros, no queriendo que
ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento» (v. 9). Si has
retrasado tu decisión de seguir a Cristo, hay una buena noticia: todavía puedes
aceptarlo como tu Salvador. «Si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y
creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo»
(Romanos 10:9). Él está llamándote. ¿Irás a su encuentro?
Señor, no quiero posponer más mi decisión.
Sálvame ahora.
El momento de elegir al Señor es
ahora.
(NUESTRO PAN DIARIO)
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