Leer: 1
Tes. 4:13-18 | La Biblia en un año: Apocalipsis 6 | Henry Durbanville, un
pastor escocés de otra época, relata la historia de una anciana de su
congregación, que vivía en una parte remota de Escocia. Ella anhelaba conocer
Edimburgo, pero tenía miedo de viajar hasta allí porque el tren que iba a esa
ciudad pasaba por un túnel largo y oscuro.
No
obstante, un día, ciertas circunstancias la obligaron a ir a la capital
escocesa. A medida que el tren se acercaba rápidamente a la ciudad, más
nerviosa se ponía. Pero, antes de llegar al túnel y agotada por la
preocupación, la mujer se quedó dormida. Cuando despertó, ¡ya había llegado a
Edimburgo!
Es posible
que algunos no experimenten la muerte. Si estamos vivos cuando Jesús vuelva,
los que creemos en Él nos reuniremos con el «Señor en el aire» (1
Tesalonicenses 4:13-18). No obstante, muchos llegarán al cielo cuando mueran, y
a algunos, esto les genera gran ansiedad. Nos preocupa que el proceso previo a
la muerte sea demasiado difícil de soportar.
Si tenemos
la seguridad de que Jesús es nuestro Salvador, podemos descansar confiados en
que, cuando cerremos nuestros ojos en este mundo y experimentemos la muerte,
los abriremos en la presencia de Dios. «Tras un breve sueño, despertamos a la
eternidad», dijo John Donne.
Señor, pongo mi futuro
en tus manos. Anhelo verte cara a cara.
Ver a Jesús será el mayor gozo del cielo.
NUESTRO PAN
DIARIO
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