miércoles, 16 de noviembre de 2011

Cruzando por el Desierto


La vida de Moisés fue como un vía crucis, donde podemos ver desde mismo momento del nacimiento, que Moisés tuvo que ser escondido para que no lo mataran, donde su Madre o su hermana, si mal no recuerdo tuvieron que hacer una barquilla y echar a Moisés en el río; un río donde me parece que había cocodrilo, pero Jehová lo protegió.


Moisés fue encontrado por la hija del rey y crece en la casa del rey como hijo; pero parece que Moisés no se sentía parte de la familia, sino que se identificaba más con el pueblo de Israel; hasta tal punto que mato a un egipcio para defender a una de su gente.

Producto de esto Moisés huye al desierto y haya recibe el llamado y la encomienda para libertar al pueblo de Israel.

Éxodo 13:


17 Y sucedió que cuando Faraón dejó ir al pueblo, Dios no los llevó por el camino de la tierra de los filisteos, que estaba cerca; porque dijo Dios: No sea que cuando el pueblo viere la guerra, se arrepienta y se vuelva a Egipto:
18 Mas hizo Dios que el pueblo rodease por el camino del desierto del Mar Rojo. Y subieron los hijos de Israel de Egipto armados.

¿Qué es un desierto?
Es un lugar donde no hay nada, solamente tierra seca y árida, no hay árboles, no hay agua; realmente no hay nada.

¿Qué experimentamos en el desierto?
Experimentamos hambre, sed, alucinación, fatiga, deshidratación y otras cosas más.

¿Por qué Dios llevo a su pueblo por el camino del desierto?
La principal razón fue por la guerra, tenia que prepararlo para lo que tenían que enfrentar; la conquista de la tierra prometida.

Aunque ello estaban pasando por el desierto, déjeme decirle que el camino de Dios siempre el correcto.

21 Y Jehová iba delante de ellos de día en una columna de nube, para guiarlos por el camino; y de noche en una columna de fuego para alumbrarles; a fin de que anduviesen de día y de noche.

Jehová iba delante de ellos, le abría camino en el desierto y lo resguardaba del calor durante el día. A quienes conduce Dios al desierto, no lo deja ni lo pierde.

Muchos de nosotros estamos pasando por un desierto, alguno ya salimos, otros vamos por la mitad del desierto, otros estamos entrando al desierto, otros nunca salimos del desierto.

En el desierto solamente hay un guía, se llama Jesús. Nosotros debemos aprender a movernos con la columna de nube o de fuego.
En el desierto el único que provee y el que tiene una palabra de aliento se llama Jesús.

Debemos aprender a oír la voz de Dios y no solamente a oírla, sino también a seguir la voz de Dios.
Es por eso que la Biblia dice Juan 10:

3 A éste abre el portero, y las ovejas oyen su voz; y a sus ovejas llama por nombre, y las conduce afuera.
4 Y cuando ha sacado sus propias ovejas, va delante de ellas; y las ovejas le siguen, porque conocen su voz.

Mucho murieron en el desierto, pero murieron sin fe, no entraron a la tierra prometida; pero nosotros podemos morir en nuestro desierto creyendo en el Señor y al final reinaremos con nuestro Señor.

Saben cuando alguien va conduciendo un vehículo en una autopista debe estar atento a la salida, ya que puede perder su salida; quizás la salida de nuestro desierto esta a la vuelta de la esquina, pero debemos estar atento para que perdamos nuestra salida.

Ahí en el desierto Dios prueba nuestro amor por El, Dios prueba nuestra obediencia a su palabra, nuestra lealtad, Dios prueba nuestra fe.

Mateo 26: 39 Y yendo un poco más adelante, se postró sobre su rostro, y oró diciendo: Padre mío, si es posible, que pase de mí esta copa, pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.

Tal como Jesús venció en el desierto, nosotros también podemos vencer; el nos haz dejado un ayudador que esta con nosotros todos los días de nuestra vida y hasta el fin del mundo.

Continua creyendo en el Señor y desde el desierto alaba a tu Dios; El siegue siendo el mismo y no se ha olvidado de ti.

Felix Abreu

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