martes, 27 de octubre de 2015

Sin deseos de seguir


 Quizá te encuentras cansado, sin fuerzas, con una fe tambaleante, ves como todo a tu alrededor se te pone en contra, quisieras hacer algo para remediarlo pero te das cuenta que todo ya está fuera de tu alcance, fuera de tu capacidad de solución.


Quisieras estar solo, que nadie te moleste, que nadie te hable, quisieras llorar, gritar, salir corriendo hacia algún lado, desaparecer quizá, dormir y que al despertar todo fuera un mal sueño, pero lastimosamente es la realidad lo que estás viviendo y eso te pone triste.

Y es que en los momentos cuando nuestros sentimientos se alborotan, pensamos y sentimos tantas cosas que varían de un minuto a otro. Nuestra mente no puede concentrarse en algo y simplemente sentimos tristeza, soledad y decepción por todo lo que nos está pasando.

En esos momentos en donde nuestros sentimientos se anteponen a nuestra visión espiritual, debemos parar por un momento y quitarnos las gafas de la soledad, de la tristeza o la decepción y ponernos las gafas de la fe.

Yo sé que en esos momentos en donde nuestros sentimientos y emociones están confusos, lo menos que queremos escuchar de alguien es decir que las cosas estarán bien, porque lo oímos como un simple consuelo, más allá de una realidad.

Pero aunque a ti te parezca un simple consuelo, hay una realidad espiritual que no podemos obviar a pesar que nuestra visión pueda estar empañada, o nuestra mente saturada, aun y con todo eso hay una verdad que aunque me rehúse a creer, es una realidad.

Dios nos prometió lo siguiente:

“Aunque tengas graves problemas, yo siempre estaré contigo; 
cruzarás ríos y no te ahogarás, caminarás en el fuego 
y no te quemarás.”  Isaías 43:2 (Traducción en lenguaje actual)

A pesar de cualquier confusión momentánea producida por tus actuales problemas, tiene que comprender que Dios ha prometido ESTAR SIEMPRE CONTIGO, reflexiona muy bien en lo que este pasaje dice, pues Dios promete estar contigo en los momentos más difíciles de tu vida, Él no dice que no pasaras por los ríos, ni que no caminaras por el fuego, pues seguramente tendrás que pasar por eso, pero hay una promesa nada despreciable y es el hecho de que aunque pases por ríos peligrosos y fuego que quema, tú estarás bien, pues no te ahogaras, ni te quemarás, porque ÉL ESTARÁ CONTIGO.

Hoy quiero motivarte a desviar tu mirada un momento, quita tus ojos de tus problemas y vuelve tu mirada al Dios que es capaz de solucionarlos.

Y entonces di y cree lo que el salmista dijo en un momento como el tuyo:

“Dirijo la mirada a las montañas; ¿de dónde vendrá mi ayuda?
 Mi ayuda viene de Dios, creador del cielo y de la tierra. 
Dios jamás permitirá que sufras daño alguno. 
Dios te cuida y nunca duerme.” 
Salmos 121:1-3 (Traducción en lenguaje actual)

¡Vamos! Es hora de levantarse, ya no es tiempo de estar triste, es hora de glorificar a Dios en medio de cualquier circunstancia porque hay promesas para tu vida de que ÉL TE CUIDARÁ y seguramente estarás bien.

¡Sonríe!, no por los problemas, sino por la solución que viene de lo alto, porque Dios mismo se encargara de tu problema y pondrá todo en su lugar, ¡Simplemente confía!


Y es que aun cuando no tengas deseos de seguir por todo lo que te ha acontecido, tienes que saber que DIOS NO TE DEJARA, que Él insistirá en tu vida y te hablara de cualquier forma o por cualquier medio para hacerte saber que Él está contigo y por lo tanto no puedes darte por vencido.

¡Si Dios está contigo, tienes que estar seguro que TODO saldrá bien!

“En medio de todos nuestros problemas, 
estamos seguros de que Jesucristo, 
quien nos amó, nos dará la victoria total”.  
Romanos 8:37 (Traducción en lenguaje actual)

Autor: Enrique Monterroza


Escrito originalmente para destello de su gloria.

LEA LA BIBLIA EN UN AÑO: 2 Tesalonicenses 1 / Isaías 25-26 / Salmos 117

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