El problema
con la iglesia en Tiatira era un coqueteo con ministerios seductores y diabólicos.
Imagínate la reacción del pastor cuando leyó estas palabras: “Escribe al ángel
de la iglesia en Tiatira: "El Hijo de Dios, el que tiene ojos como llama
de fuego” (Apocalipsis 2:18).
La carta
sigue con una aprobación: “Yo conozco tus obras, y amor, y fe, y servicio, y tu
paciencia, y que tus obras postreras son más que las primeras” (2:19). Una vez
más, Cristo está diciendo: “Conozco tus obras. Tu amor, fe, servicio y
perseverancia son mayores ahora que cuando comenzaste”. Lo mejor de todo, el
Señor les dice: “Sé que me amas”. Él no los reprende por perder intimidad con
Él.
Pero
entonces leemos estas penetrantes palabras: “Pero tengo unas pocas cosas contra
ti: que toleras que esa mujer Jezabel, que se dice profetisa, enseñe y seduzca
a mis siervos a fornicar y a comer cosas sacrificadas a los ídolos” (2:20).
Exactamente,
¿quién es esta Jezabel mencionada aquí? Jesús está hablando de pastores falsos.
Él está reprendiendo al pastor en Tiatira por tolerar ministros codiciosos que
seducen a Su pueblo. La referencia de Jezabel aquí indica más que sólo
ministros codiciosos. Estos falsos pastores en realidad hacen maquinaciones
para llevar a cabo y cumplir sus lujurias. Dicho de manera simple, el nombre
Jezabel es un sobrenombre para todo lo que es malo y detestable a los ojos del
Señor.
¡Qué cuadro
tan impactante tenemos! Estas son personas que aman al Señor, hombres y mujeres
devotos a Dios. Ellos han perseverado, han dado fielmente y aman a Jesús. ¿Cómo
puede ser que estos creyentes sean atraídos a falsos profetas? ¿Cómo pueden ser
seducidos por ministros malvados a quienes Dios desprecia?
A lo largo
de los evangelios, Jesús advierte acerca de falsos pastores que buscan devorar
y engañar a muchos. Sin embargo, la falta de discernimiento en multitudes que
permanecen en sus falsos evangelios, me impacta. ¿Te ha pasado esto a ti? ¿Se
alimenta tu alma en algún evangelio televisivo que en realidad es demoníaco?
¿Tomas un mensaje de predicadores de prosperidad que capturan tus deseos y
toman el último centavo de los ancianos?
Jesús
amonesta a aquellos que han estado fielmente en contra de los ministros de
Jezabel: “Pero lo que tenéis, retenedlo hasta que yo venga” (2:25). Él está
diciendo: “Has aprendido verdadero discernimiento. No permitas que cualquier
viento y ola de doctrina te derribe. Así que, por ahora, solo sigue
resistiendo. No te dejes engañar. Eso es todo lo que te pido. No pondré ninguna
otra carga sobre ti hasta que Yo regrese” (ver 2:24).
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