La única
manera de entender por qué existe tanto mal en el mundo es mirando las cosas
desde muy arriba. Usualmente sólo consideramos lo que ocurre en esta vida
temporal pero nos olvidamos de la parte más extensa e importante que comprende
lo que ocurrirá cuando seamos llevados a habitar en la presencia de DIOS.
Es algo así
como cuando necesitamos que se nos aplique una vacuna. En el momento en que la
aguja de la jeringa o inyectable penetra el músculo donde debe colocarse la solución
de componentes de microorganismos atenuados o inactivados, experimentamos dolor
y algunas veces también ardor. Es posible que también tengamos que soportar
algunos efectos secundarios, tales como reacciones alérgicas, fiebre. Luego de
que la vacuna ha interactuado con nuestro sistema inmunológico podemos
disfrutar de los beneficios de dicha inmunización por muy largo tiempo.
Alguien que sólo considerara el momento del
pinchazo sin tomar en cuenta los beneficios subsecuentes diría que la vacunación
es muy desagradable. Cuando observamos el proceso en su totalidad, podemos
claramente apreciar la conveniencia y utilidad del mismo.
Tal vez
muchos de nuestros padres y abuelos creían que sus hijos y nietos iban a vivir
en un mundo mejor, en un mundo donde reinarían la paz y la armonía. Pero no
sucedió así. Las economías de los países están tambaleándose, la pobreza sigue
existiendo, el terrorismo es una amenaza constante, los desastres naturales
están a la orden del día, y los ataques a la religión son cada vez más fuertes.
Desdichadamente, el futuro que nuestros padres
y abuelos vislumbraban e imaginaban como “brillante”, ha sido empañado por una
realidad muy diferente, una realidad oscura, triste, y aparentemente sin
esperanza. Si es así como tú ves tu presente y tu futuro, te invito a leer las
palabras que el Apóstol Juan escribió en el libro de Apocalipsis, palabras
inspiradas por DIOS que contienen un mensaje de esperanza para todas las
personas de todos los tiempos. Allí dice: “Él les enjugará toda lágrima de los
ojos. Ya no habrá muerte, ni llanto, ni lamento ni dolor, porque las primeras
cosas han dejado de existir.”
¿Escuchaste bien? ¿Entendiste bien lo que el
Señor nos está diciendo a cada uno de nosotros que nos sentimos agobiados por
los problemas de la vida? DIOS promete que las cosas van a cambiar, que van a
ser mejor, que todas las cosas van a ser nuevas. Todo lo feo, lo malo, lo
negativo, lo desalentador, y lo oscuro de esta vida va a ser eliminado y
reemplazado por las buenas noticias de DIOS.
Quienes añoramos algo mejor, quienes ansiamos
y clamamos por el agua de vida, vamos a encontrar que el Señor está dispuesto a
proveer en forma absolutamente gratis, y en gran abundancia, exactamente lo que
necesitamos. Para que tuviéramos lo que necesitamos, y para que bebiéramos del
agua viva, es que Jesús vino a este mundo, triste y pecador, para darnos
salvación y vida eterna. Al entender esta verdad, la paz y el descanso
inundarán nuestras almas eternamente.
No nos conformemos, pues, en analizar las
cosas desde un punto de vista estrictamente terrenal, puesto que los beneficios
que recibiremos cuando estemos en la presencia de DIOS superarán por mucho
cualquier incomodidad o dolor que nos haya tocado enfrentar en esta vida.
Miremos las
dificultades dentro del gran contexto del plan de DIOS y la eternidad y ya nada
podrá ser motivo de preocupación. ¡Solo a DIOS sea la gloria!
ORACIÓN:
Señor, gracias por las muestras de Tu amor. En Tu nombre, amén.
Fuente: El Versículo
del Día
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.