En Marcos
8, una vez más, Jesús alimentó a una multitud, esta vez se trataba de 4,000
personas, tan sólo con siete panes y unos cuantos peces. Nuevamente, los
discípulos recogieron varias canastas de sobras (ver Marcos 8:5-8). Sin
embargo, Cristo discernió que los discípulos aún no aceptaban Su poder de obrar
milagros. Así que les preguntó: “¿Aun tenéis endurecido vuestro
corazón?” (8:17).
Me imagino
a los discípulos después de esta segunda alimentación, sentados y enmudecidos.
Ellos quizás pensaron: “Esto no puede estar sucediendo. Si Jesús realmente es
Dios, ¿por qué nos escogería para mostrar tan increíble poder? Nosotros somos
sólo pescadores, sin educación. ¿Por qué caminaría Él sobre las aguas para
entrar a nuestro pequeño bote, en lugar de revelar este milagro a un grupo que
sea más digno?”.
Quizás tú
pensaste lo mismo en algún momento, acerca de ti mismo: “Existen billones de
personas en esta tierra. ¿Por qué me habló Dios a mí? ¿Por qué me escogió a
mí?” La razón es que fue un milagro absoluto. Tu conversión fue totalmente
sobrenatural. No fue sólo uno de aquellos eventos naturales. No, no hubo nada
natural al respecto.
¿Por qué?
Porque no hay nada natural acerca de esta vida cristiana. Es toda sobrenatural.
Es una vida que depende de milagros desde su mismo comienzo (incluyendo tu
conversión). Y simplemente no puede ser vivida sin fe en lo sobrenatural.
El poder
que te mantiene en Cristo es totalmente sobrenatural. El mundo vive en
tinieblas, pero tú tienes la luz, todo porque vives en el ámbito de lo
sobrenatural. No es nada natural que tu cuerpo sea el templo del Espíritu
Santo. Nada es natural acerca de ser la habitación del Dios sobrenatural del
universo.
Sin
embargo, a menudo, aquí es donde ocurre el endurecimiento. La gente comienza a
atribuir las obras sobrenaturales de Dios en sus vidas a lo natural. Es
peligroso olvidar Sus milagros. Es atemorizante mirar atrás a las maravillas
divinas y decir: “Solo sucedió”. Cada vez que retiramos la parte “sobre” de la
palabra “sobrenatural”, tu corazón se endurece un poco más.
Querido
santo, simplemente debes aceptar esto por fe: El mismo Dios sobrenatural que
alimentó a miles con sólo unos cuantos panes, también obrará sobrenaturalmente
en tu crisis. Su poder de obrar milagros te libertará de toda atadura. Te dará
poder para caminar en libertad. Y Él usará tu debilidad, ciertamente, tu peor
estado, para mostrarle al mundo Sus milagros de poder guardador.
Es
garantizado que los tiempos difíciles llegarán a todos los que siguen a Jesús.
Pero cuando lleguen esos tiempos, debemos decir con confianza: “Hazlo otra vez,
Señor. Tú has obrado milagros en mi vida antes. Tú has librado a tus siervos de
manera sobrenatural a través de la historia. Que tu fuerza se
perfeccione en mi debilidad”.
Posted by World Challenge
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