lunes, 2 de abril de 2012

LA BURRA DEL SEÑOR




Lectura: Mateo 21:1-11.

"...Mira, tu rey viene a ti, humilde y montado en un burro..." Mateo 21:5 (NVI)

Por lo general, la gente habla de los burros en términos despectivos. Tal vez hayas oído la expresión: "Siempre trabajo como un burro" o "fulana de tal es más terca que una mula" (una mula es mitad burro).
Estos dichos pasan por alto las contribuciones de un animal verdaderamente valioso. Los burros han servido a la raza humana durante miles de años. En una época, se los consideraba símbolos de humildad, de amabilidad y de paz.

En los tiempos bíblicos, se estimaba que los burros que nunca habían sido montados eran especialmente adecuados para fines religiosos. Por esta razón, fue sumamente apropiado que Jesús haya enviado a buscar un pollino para que cumpliera la tarea real de llevarlo al interior de Jerusalén.

¡Qué envidiable que fue la misión de ese burro! ¡Cuánto se parece a nuestra tarea como seguidores de Cristo!.

Hay una misionera en China que se autodenomina "la burra del Señor". Es una creyente humilde, que "lleva" fielmente a su Señor de una ciudad a otra y enseña a los demás a hacer lo mismo. Dios necesita muchos "burros" de esa clase en el mundo hoy: seres humanos humildes que lo lleven a la Jerusalén donde ellos viven y lo den a conocer.

Fue necesario desatar el burro para que Jesús pudiera usarlo. Nosotros también debemos estar liberados de ataduras mundanas si deseamos servir a Cristo. ¿Estamos dispuestos a ser burros del Señor?.

Reflexión: El trabajo humilde se vuelve santo cuando se hace para Dios.

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