Los zombis, a diferencia de los mitos de
los hombres lobo o del vampiro sí que tienen una base real en el país
afrocaribeño de Haití. Numerosos antropólogos así lo han descrito en
algunas de sus obras. El más famoso es Wade Davis en 'La serpiente y el
arco iris', pero también están el de Douchan Gersi 'Sabidurías
invisibles' o más recientemente los de Juan Revenga 'Mundos ocultos' o
'Amanecer zombi'.
Las religiones
animistas, entre las que se encuentra el vudú, llegaron al caribe de la
mano de los esclavos africanos que trajeron los europeos y que al
convertirse al cristianismo crearon una religión sincrética porque no
abandonaron nunca muchas prácticas de la religión de sus ancestros.El profesor de
Harvard, Wade Davis popularizó la historia de Clarvius Narcisee, un
hombre que aseguraba haber sido víctima de un proceso de zombificación
por el que fue esclavizado durante dos años trabajando en una
plantación. Incluso el antropólogo aportó fotos del individuo.
Según Jesús Callejo,
escritor y colaborador habitual del programa Cuarto Milenio, los
hechiceros de la magia vudú de Haití utilizaban una sustancia para dejar
en aparente estado de muerte a la persona que querían esclavizar.
Muchas veces envenenaban a la víctima por encargo, indica.
Esta sustancia es
conocida como 'polvo de zombie' o 'coup de poudre' y se produce a base
de tetrodotoxina, un veneno extraído del pez globo que ralentiza el
ritmo cardiorrespiratorio a la personas que lo ingieren simulando de
esta manera su muerte.
Después de que la
víctima entra en un estado cataléptico, la familia al pensar que está
muerta la entierran viva. El hechicero espera unos días para desenterrar
a la víctima y procede a reanimarla. “Aquí entra en acción los segundos
polvos, una sustancia psicoactiva capaz de anular la voluntad de la
víctima”, indica Jesús Callejo. De esta manera pese a que la víctima
conserva la vida, sus cualidades mentales están disminuidas a la mínima
expresión, lo que la impide valerse por sí misma.
En algunos casos,
según recogen algunos estudios elaborados por antropólogos, a la víctima
nada más reanimarla, 'el amo' la somete a tormentos para que crea que
ha despertado en el infierno y vea en él al mismo demonio. De esta
manera la víctima quedará, por su incapacidad y su miedo, sometida al
amo y se convertirá de por vida en su esclavo. Normalmente, según la
mayoría de estudiosos del tema, el zombi era utilizado para hacer
trabajos en el campo.
Esta
situación no tiene marcha atrás ya que los daños cerebrales suelen ser
irreversibles, a pesar de que la creencia popular diga que la ingestión
de sal liberaría al zombi de los efectos de la droga, matiza Jesús
Callejo.
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