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(Ap. 9:1) El quinto ángel tocó la trompeta, y vi una estrella que cayó del cielo a la tierra; y se le dio la llave del pozo del abismo. {2} Y abrió el pozo del abismo, y subió humo del pozo como humo de un gran horno; y se oscureció el sol y el aire por el humo del pozo. {3} Y del humo salieron langostas sobre la tierra; y se les dio poder, como tienen poder los escorpiones de la tierra. {4} Y se les mandó que no dañasen a la hierba de la tierra, ni a cosa verde alguna, ni a ningún árbol, sino solamente a los hombres que no tuviesen el sello de Dios en sus frentes.{5} Y les fue dado, no que los matasen, sino que los atormentasen cinco meses; y su tormento era como tormento de escorpión cuando hiere al hombre. {6} Y en aquellos días los hombres buscarán la muerte, pero no la hallarán; y ansiarán morir, pero la muerte huirá de ellos. {7} El aspecto de las langostas era semejante a caballos preparados para la guerra; en las cabezas tenían como coronas de oro; sus caras eran como caras humanas; {8} tenían cabello como cabello de mujer; sus dientes eran como de leones; {9} tenían corazas como corazas de hierro; el ruido de sus alas era como el estruendo de muchos carros de caballos corriendo a la batalla; {10} tenían colas como de escorpiones, y también aguijones; y en sus colas tenían poder para dañar a los hombres durante cinco meses. {11} Y tenían por rey sobre ellos al ángel del abismo, cuyo nombre en hebreo es Abadón, y en griego, Apolión. {12} El primer ay pasó; he aquí, vienen aún dos ayes después de esto.
v. 1 - El quinto ángel tocó la trompeta, y
vi una estrella que cayó del cielo a la tierra; y se le dio la llave del
pozo del abismo - Sweet nota una pizca de parodia satánica: "la
llave del abismo es dada al caído; las
llaves de la muerte y del Hades son sostenidos por el
resucitado" (1:18). Se dan varias interpretaciones para esta estrella.
Esto es parecido a 20:1 en donde un ángel del cielo tiene las llaves del
Abismo. En este caso, la estrella había caído del cielo a la
tierra. Esto nos recuerda a 12:9 en donde Satanás es arrojado a la
tierra con sus ángeles, en cuyo caso la estrella es Satanás. En
Is. 14:12 la estrella de la mañana es arrojada a la tierra. Esto se ve
normalmente como una referencia a Satanás que ha caído a la
tierra. Jesús lo vio a Satanás caer como un rayo del cielo (Lucas
10:18). Tal vez debería ser identificado como el ángel del Abismo
que se identifica en v. 11 como el destructor. Las estrellas son, a veces, una
referencia a ángeles (ver 1:20). El ángel del Abismo es llamado
también Destructor que, de nuevo, le cabría a Satanás. En
12:4 el dragón arrastró una tercera parte de las estrellas del
cielo y las arrojó a la tierra. Estos es probable que sea una referencia
a los ángeles que siguieron a Satanás. El Abismo es
también de donde sale la bestia (11:7, 17:8, 18:8). Es donde es atado
Satanás (20:3). En Lucas 8:3 los malos espíritus le ruegan a
Jesús que no los envíe al abismo, que es el lugar de tormento
(Mt. 8:29). En Rom. 10:7 parece ser la morada de los muertos. A la estrella
"se le dio" la llave del pozo del abismo que nuevamente indica la
soberanía de Dios. Si la quinta trompeta se interpreta como un ataque
demoníaco contra la humanidad entonces parecería ser natural que
la estrella fuera su amo, es decir Satanás.
v. 2 - Y abrió el pozo del abismo, y subió
humo del pozo como humo de un gran horno; y se oscureció el sol y el
aire por el humo del pozo - Hay disimilitudes entre el sexto sello (6:12)
donde el sol se vuelve negro como tela de cilicio hecho de piel de cabra (ver
Joel 2:10). La oscuridad puede ser un símbolo de lo demoníaco. En
este caso ciertamente lo es; el reino de Satanás es un reino de
oscuridad (Col. 1:13). Si el Abismo es un lugar de tormento para los demonios
(Mt. 8:29, Lc. 8:31) entonces si es abierto podríamos esperar que salga
una corriente de demonios junto con el humo del fuego. Aquí Juan ha
mezclado el humo del horno con una corriente de hordas demoníacas.
Compare el humo del Abismo con el denso humo cuando se quemaron Sodoma y
Gomorra que parecía "el humo de un horno" (Gn. 19:28) y la
presencia del Señor en el Monte Sinaí (Ex. 19:18).
v. 3 - Y del humo salieron langostas sobre la tierra; y
se les dio poder, como tienen poder los escorpiones de la tierra - Esto
trae a la mente la visión de Joel de las langostas de Joel 1 y 2. Las
langostas no son langostas comunes sino que son poderes demoníacos para
traer miseria y oscuridad a las vidas de los hombres. La característica
de las langostas es que devoran todo, destruyen todo en su camino (ver v. 11,
en donde su rey se llama Abadón, que significa destructor).
También indican un juicio de Dios como en la octava plaga de langostas
sobre Egipto (Ex. 10:4). Ver también 2 Cr. 7:13, Amós 4:9. Note
que se les dio (indicando permiso divino) poder como del
escorpión de la tierra. Para el uso de escorpiones para indicar lo
demoníaco, ver Lucas 10:19 donde Jesús les da a sus
discípulos "potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre
toda fuerza del enemigo, y nada os dañará" (Lc.10:19).
v. 4 - Y se les mandó que no dañasen a la
hierba de la tierra, ni a cosa verde alguna, ni a ningún árbol,
sino solamente a los hombres que no tuviesen el sello de Dios en sus frentes
- Se les dijo que no dañaran su alimento natural. Todavía
están bajo la soberanía de Dios. Compare esto con la orden de
Dios a los ángeles antes de las siete trompetas (7:3), "no
hagáis daño a la tierra, ni al mar, ni a los árboles,
hasta que hayamos sellado en sus frentes a los siervos de nuestro Dios".
Compare esto con la primera trompeta en la que la tierra, los árboles y
la hierba fue quemada. Ahora a las langostas se les dice que no dañen la
hierba ni a ninguna planta o árbol. En vez de la vegetación,
deben dañar a la humanidad (v. 4b). Sólo podrían
dañar a los impíos; no pueden a los santos (ver Lc. 10:19) en
donde a los discípulos se les da poder sobre serpientes, escorpiones y
sobre todo poder del enemigo, y nada los dañará (note que
serpientes y escorpiones se refiere a lo demoníaco). Una vez más
le poder limitado de las langostas es una señal de la soberanía
de Dios. No podían dañar a los sellados que fueron sellados antes
que sonaran las trompetas. Así, la iglesia que todavía
está sobre la tierra no es dañada por esta plaga, como
ocurrió con los israelitas (cf. Ex. 8:22, 9:4, 10:23, 11:7). Esto parece
ser una acometida masiva de los poderes demoníacos sobre toda la
humanidad en los últimos días. No hay acá mención
de un tercio como en las primeras cuatro y, por cierto, la sexta trompeta.
Parece ser una aflicción universal sobre la humanidad. Tal vez
esté conectado con el quinto sello que indica los mártires que
han muerto. Hailey señala que la distinción hecha aquí
entre los sellados y los que no han sido sellados es prueba adicional de que el
número de ciento cuarenta y cuatro mil representa a los santos sobre la
tierra en cualquier momento, y no un grupo especial de personas salvadas en el
día final.
v. 5 - Y les fue dado, no que los matasen, sino que los
atormentasen cinco meses; y su tormento era como tormento de escorpión
cuando hiere al hombre - No los podían matar sino sólo
torturarlos, es decir poder y duración limitados, porque cinco meses es
aproximadamente el tiempo de vida de una langosta. Estas trompetas son
advertencias a la humanidad y no juicios finales como son las siete copas. El
efecto de la langosta en Joel 1:12 es quitar el gozo. El efecto de los malos
espíritus sobre la humanidad es atormentar (Hch. 5:16) y afligir a la
gente (Lc. 6:18). En Lc. 9:39 el demonio trata de destruir al niño.
Lucas 10:19 indica el carácter demoníaco de los escorpiones. Esto
nos recuerda a Job. Satanás podía hacerle lo que quisiera pero
tenía que respetarle la vida. Ellos atormentan pero no matan a aquellos
que no tienen el sello de Dios en sus frentes. En v. 3 vimos que a las
langostas se les dio poder para herir como un escorpión. Acá
vemos la agonía resultante que es la de una herida de escorpión.
Las Escrituras nos enseñan que en los últimos días
habrá un desencadenamiento de doctrinas demoníacas,
espíritus engañadores, señales falsas y maravillas que
engañan a los que están pereciendo (1 Tim. 4:1-3, 2 Tes. 2:9-12).
Hay evidencia adicional de esto en Apocalipsis en el Cristo falso y en los
milagros de la bestia de la tierra (13:11-15) y los tres malos espíritus
que salen de la boca del dragón, la bestia y el profeta falso
(16:13-14).
v. 6 - Y en aquellos días los hombres
buscarán la muerte, pero no la hallarán; y ansiarán morir,
pero la muerte huirá de ellos - Los hombres buscarán
la muerte (hombres significa la humanidad) por el dolor de la herida. La herida
no es fatal, como la herida del escorpión. Este versículo es
difícil de interpretar. Parece escatológico, y "aquellos
días" puede referirse a un tiempo bien cerca del final. Este
tormento de la herida de la langosta está limitado a esta vida sola
donde hay al menos la posibilidad de muerte, si no, no desearían morir.
Contraste este deseo de morir con el deseo de Pablo de morir y estar con el
Señor (Fil. 1:23, Morris). Su situación es como la de Job, quien
deseaba morir (Job 3:21).
v. 7 - El aspecto de las langostas era semejante a
caballos preparados para la guerra; en las cabezas tenían como coronas
de oro; sus caras eran como caras humanas - Esto comienza la
descripción de las langostas. Las langostas se parecen a caballos
preparados para la batalla (ver Joel 2:4). Esto es cierto en la naturaleza.
"Como" coronas de oro; esto es lo que usan también los
veinticuatro ancianos (4:4) y Jesús (14:14). Sus caras se parecen a
caras humanas; tenían la astucia, la crueldad y la inteligencia de los
hombres (Mounce). Esto podría indicar también la naturaleza
personal del ataque.
v. 8 - tenían cabello como cabello de mujer; sus
dientes eran como de leones - El cabello largo podría ser un
símbolo de vitalidad, como Absalón y Sansón. Los dientes
de león enfatizan su poder (Joel 1:6).
v. 9 - tenían corazas como corazas de hierro; el
ruido de sus alas era como el estruendo de muchos carros de caballos corriendo
a la batalla - Las corazas de hierro enfatizan su carácter de
inexpugnable. El sonido de sus alas realza su terror. Las carrozas corriendo a
la batalla suena como la descripción de Joel de un ejército de
langostas (Joel 2:5).
v. 10 - tenían colas como de escorpiones, y
también aguijones; y en sus colas tenían poder para dañar
a los hombres durante cinco meses - Esto amplía la
descripción de los escorpiones de v. 3 y 5. La interpretación
más probable es que se refiere a la opresión demoníaca
sobre las mentes de los hombres. El propósito era traer a los hombres al
arrepentimiento (v. 20). Una vez más, su poder es limitado en
duración (5 meses); es una advertencia a la humanidad. Dios usa hasta
los planes de Satanás para sus propios designios.
v. 11 - Y tenían por rey sobre ellos al
ángel del abismo, cuyo nombre en hebreo es Abadón, y en griego,
Apolión - Abadón=Destructor=Seol o Hades, la tierra de la
muerte, oscuridad, silencio. Las langostas destruyen toda cosa viva en su paso,
como lo hace Abadón. El ángel del Abismo del v. 1 es identificado
acá como el Destructor. Esta descripción le cabe mejor a
Satanás, quien es llamado el destructor en Juan 10:10. Él es el
rey de estas hordas demoníacas. Este parece ser un ataque sin
precedentes sobre la humanidad en los últimos días, probablemente
asociado con el anticristo, cuyos poderes milagrosos son demoníacos
(16:14).
v. 12 - El primer ay pasó; he aquí, vienen
aún dos ayes después de esto - Esto finaliza el primer ay y
presenta los dos restantes que son peores. Esto indica que hay una secuencia
temporal, ya que la sexta trompeta sigue a la quinta trompeta.
18. 7. La sexta trompeta, el segundo ¡Ay! (9:13)
(Ap. 9:13) El sexto ángel tocó la trompeta, y oí una voz de entre los cuatro cuernos del altar de oro que estaba delante de Dios. {14} diciendo al sexto ángel que tenía la trompeta: Desata a los cuatro ángeles que están atados junto al gran río Éufrates. {15} Y fueron desatados los cuatro ángeles que estaban preparados para la hora, día, mes y año, a fin de matar a la tercera parte de los hombres. {16} Y el número de los ejércitos de los jinetes era doscientos millones. Yo oí su número. {17} Así vi en visión los caballos y a sus jinetes, los cuales tenían corazas de fuego, de zafiro y de azufre. Y las cabezas de los caballos eran como cabezas de leones; y de su boca salían fuego, humo y azufre. {18} Por estas tres plagas fue muerta la tercera parte de los hombres; por el fuego, el humo y el azufre que salían de su boca. {19} Pues el poder de los caballos estaba en su boca y en sus colas; porque sus colas, semejantes a serpientes, tenían cabezas, y con ellas dañaban. {20} Y los otros hombres que no fueron muertos con estas plagas, ni aun así se arrepintieron de las obras de sus manos, ni dejaron de adorar a los demonios, y a las imágenes de oro, de plata, de bronce, de piedra y de madera, las cuales no pueden ver, ni oír, ni andar; {21} y no se arrepintieron de sus homicidios, ni de sus hechicerías, ni de su fornicación, ni de sus hurtos.
v. 13 - El sexto ángel tocó la trompeta, y
oí una voz de entre los cuatro cuernos del altar de oro que estaba
delante de Dios - El altar de oro está conectado con las oraciones
de los santos (8:3). La sexta trompeta es respuesta a las oraciones de los
santos. Para el cuerno, ver Lv. 8:15 cuando Moisés mató el toro y
tomó un poco de sangre con su dedo y tocó los cuernos del altar
para purificar el altar.
v. 14 - diciendo al sexto ángel que tenía
la trompeta: Desata a los cuatro ángeles que están atados junto
al gran río Éufrates - Los cuatro ángeles están
atados, así que deben ser malos. Son soltados ante la orden de Dios,
cuyo propósito es hacer que los hombres se arrepientan (ver v. 20, 21).
Los cuatro ángeles cubren cada dirección de la brújula; la
idea es que son soltados para afectar a toda la tierra. Compare estos
ángeles con los primeros cuatro ángeles que están parados
en las cuatro ángulos de la tierra (7:1). El Éufrates marca el
límite entre Israel y sus enemigos (Gn. 15:18, Dt. 1:7, Jos. 1:4).
Babilonia, que está sobre el Éufrates, estaría al norte de
Israel y es del norte de donde los enemigos venían (Jer. 25:9, Ez. 26:7,
39:2). Compare esto con la sexta copa (16:12) cuando el gran río
Éufrates y su agua fueron secados para preparar el camino para los reyes
del este. Compare esto con los cuatro jinetes del Apocalipsis.
v. 15 - Y fueron desatados los cuatro ángeles que
estaban preparados para la hora, día, mes y año, a fin de matar a
la tercera parte de los hombres - El tiempo preciso de su liberación
indica que están bajo el control divino de Dios. Su propósito es
matar un tercio de la humanidad, ni más ni menos. Este es un
número limitado porque es una advertencia para la humanidad. A partir de
la sincronización precisa de su liberación este parece ser un
evento específico de la historia, y es por lo tanto probablemente
escatológico. A la luz de la discusión en el versículo
siguiente, este evento corresponde a la segunda venida (compare con Mt. 24:36,
Hch. 1:7, Gn. 7:11) o al menos a la batalla final asociada con ella. Compare el
sexto sello, la sexta trompeta y la sexta copa. Todos parecen referirse a ya
sea la última batalla o a la segunda venida.
v. 16 - Y el número de los ejércitos de los
jinetes era doscientos millones. Yo oí su número - Las tropas
estaban montadas, lo cual significa que estaban preparadas para la guerra.
Doscientos millones es un número grande que él no podía
contar, pero oyó su número. Compare la descripción
aquí con los carros de Dios en Sal. 68:17. Los caballos son como un
enjambre de langostas en Jer. 51:27 y los caballos que vuelan como un buitre
que baja para devorar en Hab. 1:18. En Joel el ejército invade la
humanidad en el día del Señor (Joel 2:11) como éste es la
sexta trompeta y la séptima trompeta describe la entrega del mundo a
Cristo, Su reino eterno y el juicio. Esta visión corresponde a la
última gran batalla (ver Joel 3:1-2, 9-16). La última gran
batalla también se encuentra en 16:14, 17:14, 19:17, 20:7. Note que el
sexto sello también corresponde a la Segunda Venida (6:12). La sexta
copa se refiere a la batalla del gran día de Dios Todopoderoso (16:14) y
se menciona la Segunda Venida en el versículo siguiente (16:15). Este es
otro ejemplo de paralelismo en el libro.
v. 17 - Así vi en visión los caballos y a
sus jinetes, los cuales tenían corazas de fuego, de zafiro y de azufre.
Y las cabezas de los caballos eran como cabezas de leones; y de su boca
salían fuego, humo y azufre - Este es el único lugar en que
Juan indica que lo que vio era una visión. Las corazas tienen los mismos
colores que el fuego, el humo y el azufre, que salía de las bocas de los
caballos (v. 18). Esto indica el propósito unificado de tanto el caballo
con el jinete. Compare las cabezas de los leones aquí con los dientes de
león de las langostas; esto indica fortaleza.
v. 18 - Por estas tres plagas fue muerta la tercera parte
de los hombres; por el fuego, el humo y el azufre que salían de su boca
- Este simbolismo parece referirse a la guerra. El simbolismo como las
langostas es similar a Joel 2:4-5, "Su aspecto, como aspecto de caballos,
y como gente de a caballo correrán. Como estruendo de carros
saltarán sobre las cumbres de los montes; como sonido de llama de fuego
que consume hojarascas, como pueblo fuerte dispuesto para la batalla." Una
vez más, es un número limitado el que es muerto; es muerta una
tercera parte de la humanidad. El fuego y el azufre nos recuerdan a Sodoma y
Gomorra (Gn. 19:24, Lc. 17:29). Éste fue el juicio de Dios sobre la
maldad, un anticipo del infierno (Judas 1:7, cf. Ap. 14:10-11).
v. 19 - Pues el poder de los caballos estaba en su boca y
en sus colas; porque sus colas, semejantes a serpientes, tenían cabezas,
y con ellas dañaban - Las serpientes indican su origen
demoníaco (Lc. 10:19). Las tres plagas de fuego, humo y azufre salen de
sus bocas (v. 17, 18). Sus colas también causan daño. La palabra
para serpiente (ophis) es la misma palabra usada para describir a
Satanás en 12:9 (ver también 12:14, 15, 20:2, cf. Juan 3:14, 2
Cor. 11:3).
v. 20 - Y los otros hombres que no fueron muertos con
estas plagas, ni aun así se arrepintieron de las obras de sus manos, ni
dejaron de adorar a los demonios, y a las imágenes de oro, de plata, de
bronce, de piedra y de madera, las cuales no pueden ver, ni oír, ni
andar - La humanidad aquí es acusada de adorar a demonios y en la
quinta trompeta son asediados por demonios y posiblemente también en la
sexta trompeta. La advertencia corresponde al pecado. Más adelante
encontramos a la humanidad adorando al dragón y a la bestia (13:4) y a
su imagen (13:15); eso es idolatría. Las plagas están dirigidas a
la humanidad que no se arrepiente, no al pueblo de Dios. Aquellos que
sobreviven a estas plagas todavía no se arrepienten. Algunos son muertos
por estas plagas pero para el resto son advertencias para que el hombre se
arrepienta. Considere la reacción de Jesús a la
persecución de los judíos por Pilato o hacia aquellos que
murieron cuando la torre cayó sobre los de Siloé (Lc. 13:1-5). Su
reacción fue decir "¿Pensáis que eran más
culpables que todos los hombres que habitan en Jerusalén? Os digo: No;
antes si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente." A
pesar de la plagas de advertencia de Dios, algunas naturales, otras no, el
hombre se rehusa a adorar a Dios y darle la gloria como Creador (Amós
4:10). Primero el hombre es culpable de idolatría, adorando las cosas
creadas y no al Creador (Rom. 1:23). Rompe la primera tabla de la ley (Ex.
20:3-11, Dt. 5:7, 2 Reyes 17:35-39) antes de adorar al Creador (Ap. 14:7). La
estupidez de la idolatría es enfatizada por la frase "las cuales no
pueden ver, ni oír, ni andar", en contraste con el Dios viviente y
creador (Dn. 5:23, Sal. 115:4-5, Jer. 10:5). Esto afirma el punto que a pesar
de estas plagas, la humanidad prefiere adorar a las cosas creadas antes que a
Dios. El mensaje de Apocalipsis es que la humanidad debe adorar a Dios y a
Él sólo. Considere la adoración de los seres vivientes y
los ancianos al Dios Creador (4:8-11), la adoración del Cordero (5:8
ff.), todos los habitantes de la tierra adoran a la bestia (13:8, compare la
adoración de los demonios y los ídolos aquí con la
adoración de la bestia y su imagen en 13:8, 15). Considere
también el mensaje del primer ángel volando en el medio del
cielo, proclamando el mensaje eterno que es temer a Dios y darle gloria y
adorarlo como Creador (14:6-7). Considere la advertencia espantosa para
aquellos que adoran a la bestia y a su imagen en 14:9-11. Dos veces Juan es
reprendido porque adoró a un ángel (19:10, 22:8) y se le dice que
adore a Dios. En el caso de la iglesia en Pérgamo y Tiatira, comer
alimento ofrecido a los ídolos es condenado (2:14, 20). Note que en 21:8
el lugar de los idólatras es en el lago de fuego y azufre. Debemos
entonces ver a las trompetas como agentes de la misericordia de Dios más
que de su ira, a pesar de que la gente no se arrepiente. Note la respuesta de
los de Éfeso que practicaban la hechicería. Es mejor quemar los
propios libros sobre ocultismo que quemarse en el lago de fuego. El decreto de
Dios en Dt. 7:5 y 12:3 es de destruir los altares, romper las piedras sagradas
y quemar los ídolos en el fuego. Ver la respuesta de Josías en 2
Reyes 23, que hizo como estaba prescrito en Deuteronomio.
v. 21 - y no se arrepintieron de sus homicidios, ni de
sus hechicerías, ni de su fornicación, ni de sus hurtos -
Esta es la primera condena contra la humanidad: no se arrepintieron. Ver
también 11:18, 14:7, 14:9-11, 16:5-6, 16:8-11. Habiendo rechazado a Dios
como creador, la humanidad ahora rompe inevitablemente a segunda tabla de la
ley (Dt. 5:17 y Rom. 1:24, 28). El castigo está indicado en Ap. 21:8; su
destino (de los asesinos, los fornicarios, los que practican artes
mágicas) está en el lago de azufre y fuego.
La séptima trompeta no ocurre hasta después de
los Dos Testigos (11:14). Hay un interludio entre las dos visiones, parecido al
interludio entre el sexto y el séptimo sello.
Fuentes: Apocalipsis. Org
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