miércoles, 24 de octubre de 2012

Cuente sus Minutos.



 Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría. – Salmo 90:12.

 Es ya hora de levantarnos del sueño; porque ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos. La noche está avanzada, y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz. – Romanos 13:11-12.

 Se cuenta la historia de un hombre que se vio obligado a ir a pie en la noche a un pueblo lejano. En el camino de repente tropezó con algo. Se agachó y halló una pequeña bolsa llena de «guijarros». Para distraerse, de vez en cuando lanzaba uno al río que bordeaba la carretera. 

Cuando el viajero llegó a su destino sólo le quedaban dos guijarros. A la luz de la casa bajó la vista y vio que eran diamantes. ¡Había derrochado una fortuna!

Nuestros días están formados por horas, minutos y segundos. Un año tiene 525.600 minutos. Somos responsables del uso de cada minuto que Dios nos da. ¿Somos dolorosamente conscientes de haber despilfarrado muchos minutos? No nos quedemos con esta triste constatación; más bien preguntemos cada día al Señor: “¿Qué haré, Señor?” (Hechos 22:10). 

Él mismo nos conducirá a ser útiles en su servicio, a reconocer, con su ayuda, las “buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano” en nuestro camino (Efesios 2:10). Con él nuestra vida será una vida de plenitud, variada y armoniosa.

Pero primero es necesario haber tenido un encuentro personal con él, respondiendo al llamado que Jesús nos hace para recibir la vida eterna.

Fuentes: Amen, Amen

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