Leer | NEHEMÍAS 1.1-11 | Nehemías era un hombre que vivía sobre sus rodillas. Cada vez que
necesitaba orientación, fuerzas, ayuda o protección, su primera
respuesta era la oración. Por su humilde dependencia de Dios, Él pudo
usarlo poderosamente para llevar a cabo sus propósitos.
Este principio sigue siendo cierto para los creyentes hoy. El Señor puede usarnos de la manera más impresionante si lo buscamos y nos ponemos a su disposición.
Para seguir el ejemplo de Nehemías, de dependencia en la oración, debemos primero reconocer a Dios como el Soberano del universo (v.5). Aunque Él es nuestro Padre tierno y Amigo fiel, no debemos olvidar que es también nuestro sublime y exaltado Creador cuya santidad está más allá de nuestra comprensión. Nunca pensemos en Dios como “el de allá arriba”, ni vengamos a su presencia de una manera frívola.
Nehemías respetaba la avasallante santidad de Dios, y por eso se acercaba a Él con confesión, reconociendo su pecado, el de su padre y el de
La razón por la que Nehemías se mantenía tan fuerte y tan firme, no se debía a sus capacidades naturales, sino a una relación de dependencia del Señor mediante la oración. No se apresure a enfrentar el día sin apartar tiempo para entrar en el trono de Dios para buscar su dirección.
Fuentes: En Contacto
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