Marcos 4
relata la historia de Jesús y sus discípulos en una barca, siendo zarandeados
por una tormenta en el mar. Empezamos la escena cuando Cristo ha calmado las
olas con una sola orden. El entonces se dirige a sus discípulos y les pregunta,
“¿Cómo no tenéis fe?” (Marcos 4:40).
Usted puede
pensar que esto suena severo. Era una reacción normalmente humana el tenerle
miedo a la tormenta. Pero Jesús no los estaba reprendiendo por esa razón. En
lugar de eso, él les estaba diciendo, “Después de todo este tiempo conmigo,
ustedes todavía no saben quién soy yo. ¿Cómo pudieron haber caminado conmigo
tanto tiempo, y no me conocen íntimamente?”
Ciertamente,
los discípulos estaban atónitos por los milagros asombrosos que Jesús había
efectuado. “Entonces sintieron un gran temor, y se decían uno al otro: ¿Quién
es este, que aun el viento y el mar lo obedecen?” (4:41)
¿Puede
usted imaginarse? Los propios discípulos de Jesús no lo conocían. El había
llamado personalmente a cada uno de ellos para que lo sigan, y había ministrado
a su lado a multitud de personas. Ellos habían efectuado milagros de sanidad, y
habían alimentado a masas de personas hambrientas. Pero ellos eran extraños a
quién su Maestro realmente era.
Trágicamente,
lo mismo sucede hoy día. Multitudes de Cristianos han subido a la barca con
Jesús, han ministrado junto a él y han alcanzado a multitudes en su nombre.
Pero ellos realmente no conocen a su Maestro. No han pasado tiempos íntimos a
solas con él. Nunca se han sentado calladamente en su presencia, abriendo sus
corazones a él, esperando y escuchando para comprender lo que él quiere
decirles.
Vemos otra
escena sobre la fe de los discípulos en Lucas 17. Los discípulos vinieron a
Jesús pidiéndole, “Aumenta nuestra fe” (Lucas 17:5). Muchos Cristianos hoy día
preguntan la misma pregunta: “¿Cómo puedo obtener fe?” Pero ellos no buscan al
Señor para recibir la respuesta.
Si usted
quiere aumentar su fe, usted tiene que hacer lo mismo que Jesús les dijo a sus
discípulos que hagan en este pasaje. ¿Cómo les respondió su pedido de más fe?
“Prepárame la cena, cíñete y sírveme hasta que haya comido y bebido” (17:8).
Jesús estaba diciendo en esencia, “Ponte tus ropas de paciencia. Luego ven a mi
mesa y cena conmigo. Yo quiero que me alimentes allí. Tú has trabajado
arduamente todo el día. Ahora quiero que tengas comunión conmigo. Siéntate
conmigo, abre tu corazón, y aprende de mí”.
(David Wilkerson,
fallecido)
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