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EFESIOS 2.10 | Muchos cristianos luchan con un paralizante
sentimiento de inferioridad. Tal sentimiento es un obstáculo para mantener
buenas relaciones y satisfacción verdadera. Pero afortunadamente hay esperanza
para el creyente, pues los sentimientos de inferioridad pueden ser sanados.
Después de
ser salvo, el primer paso para la sanidad es que tenga de sí el mismo concepto
que tiene el Creador de usted. Efesios 2.10 dice claramente que usted es
hechura de Él —Dios está trabajando en usted, y Él no hace nada que no sea de
calidad. De hecho, la palabra hechura significa aquí “obra maestra”.
¿Permitiría Él que su obra maestra resultara siendo algo inferior? ¡Por
supuesto que no! Su obra en usted es perfecta. Puede que usted constantemente
se sienta que no está a la a la altura de las personas que le rodean. Y claro
que no es así, pues Dios le ha creado para ser diferente a los demás. Usted es
único; no hay nadie con quien pueda compararse. Dios le está formando para un
propósito distinto al de cualquier otra persona.
Otro paso
en el proceso de sanidad implica entender lo que Dios espera de usted. Muchos
creyentes se fijan metas más altas que las que Dios ha escogido, pues creen que
ya están listos para cumplirlas. Dios quiere, por supuesto, que crezcamos al
máximo, pero no espera que eso suceda de la noche a la mañana.
Nuestro
Creador conoce cada una de nuestras debilidades, y es supremamente paciente con
nosotros. Cuando caemos, Él espera que vengamos a Él para ser limpiados y seguir
adelante. Cada uno de nosotros es un “proyecto en desarrollo”, y a su debido
tiempo el Señor perfeccionará su obra maestra.
(En
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