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JOSUÉ 1.5-7 | Aun antes de que los
israelitas se pusieran en marcha para conquistar la Tierra Prometida, el Señor
sabía todo lo que experimentarían, incluyendo la victoria nada convencional en
Jericó, la derrota en Hai, y el engaño de los gabaonitas (Jos 6—9). Y también
le dio una orden y una promesa a Josué, a quien Él había elegido como líder del
pueblo. Dios sabe también qué deparará el futuro a los creyentes de hoy, y sus
palabras se siguen aplicando a todos los que caminan con Él.
La orden: “Esfuérzate y sé valiente” (1.6, 7, 9). Son muchas las cosas
de esta vida que amenazan con prevalecer sobre el corazón y la mente que temen
a Dios. Los adversarios nos asaltan en nuestros lugares de trabajo, en nuestros
vecindarios e incluso en nuestros hogares. Muchas veces tenemos la ocasión de
preguntarnos si estamos tomando una buena decisión o siguiendo el modo más
prudente de proceder. Al igual que los israelitas, enfrentamos batallas,
enemigos y pruebas. Sin embargo, Dios nos dice que nos esforcemos y seamos
valientes cuando enfrentemos el futuro.
La promesa: “Estaré contigo; no te dejaré, ni
te desampararé” (v.
5). Sin su promesa, la orden del Señor sería imposible de obedecer. Nos
apoyamos, no en nuestras propias fuerzas y firmeza, sino en el poder inmutable
de Dios. Podemos apropiarnos de la presencia y la guía de Él.
El escritor
del Salmo 118 confiaba en la orden y en la promesa de Josué, capitulo 1.
“Jehová está conmigo; no temeré lo que me pueda hacer el hombre” (v. 6). Nadie
puede quitarnos el amor que Dios nos tiene, ni nuestra salvación, ni nuestro
derecho de morar fielmente con Él por toda la eternidad.
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