Cierta vez
asistí a una reunión de hombres de negocios, y el conductor de la reunión dijo
algo referido al éxito de la misma:-“No sé como lo han hecho tan bien, ¡pero sí
que lo han hecho!”-. Esta frase resaltaba el logro de algo, más que los medios
para alcanzarlo.
Muchos de
nosotros somos así y queremos llegar a lograr algo en la vida de cualquier
manera, aunque sea utilizando herramientas deshonestas. Hay personas que con tal de hacerse ricos son
capaces de enredarse en negocios turbios y sucios.
En la vida
cristiana, el fin nunca justifica los medios.
Los medios deben ser limpios y santos para que lo que logres cuente con
el favor y la bendición del Señor.
La meta del
cristiano no es el éxito, sino tener un buen nombre y ser reconocidos y recordados
por nuestra trayectoria de honestidad y santidad.
Tenemos la
tendencia de esforzarnos para llegar a la cima sin pensar que para llegar a
élla existe un proceso de escalamiento que para el cristiano es caminar
santamente y honradamente. No importa en
qué lugar o posición de la vida estemos.
Al Señor lo
que más le importa es que seamos conocidos por nuestro buen nombre y que
tengamos “fama” de ser honrados y santos.
¿Qué fama
tienes ante los demás y principalmente ante el Señor?
CONFESION DE FE: LA PRESENCIA DEL ESPIRITU SANTO PRODUCE EN MI
SANTIDAD Y UN BUEN NOMBRE.
ORACION: Señor, En este día y en adelante, deseo caminar
en santidad y honestidad ante Tí y los que me rodean. Ayúdame a esforzarme en trabajar más para ser
conocido como alguien santo y honesto que en trabajar para ser exitoso. ¡Gracias! En Tu Santo Nombre, amén.
Por RITCHIE PUGLIESE
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