«Lo creeré
cuando lo vea». Esa fue la respuesta de una mujer a quien le dijeron que había
recibido un premio en efectivo sin que tuviera que hacer nada a cambio. La
respuesta de esta mujer demostró claramente que ella no ponía su fe en las
vacías promesas de uno que vende por teléfono.
Hay muchas
cosas en las que no deberíamos poner nuestra fe: promesas de dinero fácil sin
esfuerzo, vacaciones tropicales sin pagar inicial y en lugares que no hemos
visto, y ardides de mercadeo que te dicen «compre ahora y pague después». Si
alguien te hace alguna de esas promesas, ¡sal corriendo!
Sin
embargo, existen algunas cosas en la vida con las que sí podemos contar. Por
ejemplo, no cuestionamos si el sol va a salir y a ponerse todos los días.
Cuando exhalamos, la mayoría de nosotros no se pregunta ansiosamente si habrá
suficiente oxígeno para la próxima vez que inhalemos. Hasta podemos confiar en
el clima…. bueno, tal vez cuando se vive en algunos países donde las estaciones
son tan marcadas y donde podemos esperar que se va a enfriar, luego a hacer mucho,
mucho frío, se calienta un poquito en la primavera y luego hace un calor
tremendo en el verano. Sabemos que este ciclo se repetirá una y otra vez
mientras la Tierra rote.
La vida
nuestra también cambia constantemente, pero la oración de fe puede darte
estabilidad. La paz interior viene de saber que sea lo que fuere por lo que
estemos orando, podemos dejarlo en las manos de DIOS, quien tiene el control de
nuestras vidas.
La fe no
exige que DIOS haga exactamente lo que quiero, ni que lo haga en el tiempo en
que yo quiero. La fe no se retuerce las manos de preocupación preguntándose si
pasará algo con mi petición. Es una profunda confianza en que DIOS cuida de mí
y que está obrando para mi bien (Romanos 8:28). Puede ser que la duda nos
asalte algunas veces, pero cuando las olas de la duda amenacen con voltear el
barco de la fe, recuerda las palabras de Cristo de que hay que creer y luego
recibir. No hay substituto a creerle a DIOS y permanecer firmes en Sus
promesas.
Debemos
creer para recibir de ÉL. Por lo tanto, todo aquel que cree en DIOS, recibirá
el cumplimiento de las promesas que DIOS le ha dado. DIOS no es hombre para que
mienta, ni hijo de hombre para que Se arrepienta; todas Sus promesas son SÍ y
son AMÉN.
Si DIOS es
fiel para aquellos, que sin ser Sus hijos se acercan a ÉL, ¿cuánto más será
fiel para con sus hijos? Conforme a tu fe será hecho. Para el que le cree a
DIOS, TODO, TODO le es posible. Escojamos creerle y recibamos y disfrutemos lo
mejor de DIOS para nuestras vidas.
ORACIÓN: Gracias Señor porque siempre me
escuchas cuando clamo a Tí. Te alabo porque haces mucho más que escucharme, me
respondes con fidelidad de acuerdo con Tu perfecta voluntad. Recuérdame siempre
que me acerque a Tu trono con confianza y coherencia, y continúa fortaleciéndome
y ayudándome diariamente a fortalecer mi fe para confiar que Tú eres fiel a Tus
promesas. En el nombre de Jesús, amen.
Fuentes: El Versículo Del Día
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