Hoy me
deleité leyendo una porción de los escritos de Hannah Hurnard y uno de sus
escritos leí lo siguiente: “El Pastor y
la oveja temerosa caminaron juntos a través de las arenas candentes del
desierto, de pronto llegó un día, cuando inesperadamente el camino fue
atravesado por otro sendero.
El pastor
quietamente dijo a temerosa: Este es el
camino por donde tu ahora seguirás.
Seguidamente doblaron dejando atrás los lugares altos y llegaron al
final del desierto. Finalmente se encontraron en la playa de un gran mar.
El pastor
dijo a temerosa: “Recuerda, aún cuando parezca que te encuentras lejos de los
lugares altos y de mi, en realidad no hay distancia que nos pueda separar. Yo puedo cruzar las arenas del desierto tan
rápido como puedo cruzar las montañas de los lugares altos y pasar por los
valles y llegar a ti cuando me llamas.
Esta es la palabra que yo ahora te dejo.
Créelo y prácticalo con gozo. Mis
ovejas oyen mi voz y me siguen”
Si estas
dispuesta a obedecerme, Temerosa, y seguir el camino que yo escojo para ti,
entonces tu siempre serás capaz de oír y reconocer mi voz y cuando tu oyes mi voz siempre me obedecerás. Recuerda siempre estar segura de obedecer mi
voz, incluso si pareciera que por los caminos por donde te llamo parecen
imposible”.
Leí estas
palabras y me quede meditando. Me vi
reflejado en la oveja Temerosa y sentí que las palabras de ese pastor eran las
palabras del Buen Pastor. Estas no son
palabras literales de la Biblia, es una alegoría escrita por Hannah, pero el
fondo del mensaje si está en la Biblia, porque el Señor habló de ser el buen
pastor y jamás un pastor deja a sus ovejas solas.
Hoy se que
el Buen pastor me instruirá y me enseñará el camino por donde ir y mi función
hoy es oír su voz y obedecerla. Señor, hoy quiero oír tu voz y obedecerla. Sé que me instruirás y me enseñarás el camino
. Amén
Autor : Dr. Serafín Contreras Galeano.
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