Contrario a
lo que muchas personas piensan, la participación regular en actividades
religiosas puede otorgar beneficios para el cuerpo y la mente. Conoce algunas
de las formas en que la religión puede hacer a la gente más saludable y feliz.
La religión
te hace más feliz
Las
personas religiosas tienden a ser más felices que los no creyentes. Según una
investigación publicada en diciembre de 2010 en American Sociological Review,
este impulso hacia la felicidad no viene de cualquier denominación o creencia,
sino de las alegrías sociales de formar parte de algún servicio. Reunirse con
otras personas en una iglesia, templo o sinagoga permite a la gente a crear
lazos que generan más satisfacción con la vida.
Alivia la
ansiedad
Si eres
religioso, pensar en Dios puede ayudarte a aliviar la ansiedad asociada con
cometer errores. En otras palabras, los creyentes pueden refugiarse en su fe
para hacer frente a los contratiempos, de acuerdo con un estudio de 2010. Sin
embargo, este truco no funciona para los ateos; el estudio también encontró que
los no reyentes estaban más estresados cuando pensaban en Dios y en sus errores.
Ayuda
a resistir la comida chatarra
Recibir
recordatorios religiosos hace sentir a las personas que tienen menos control
sobre sus vidas, pero también les da habilidades adicionales para resistir a la
tentación de la comida chatarra. En un estudio publicado en enero de 2012 en
Journal of Personality and Social Psychology, los investigadores expusieron a
estudiantes a referencias de Dios en diferentes pruebas y juegos. En
comparación con los estudiantes que vieron referencias de objetos agradables
(pero no religiosos) los participantes que tuvieron una complementación
religiosa tenían menos control de su futuro profesional, pero también estaban
mejor preparados para resistir la tentación de alimentos no saludables. En
otras palabras, escribieron los investigadores, pensar en Dios podría ser un
beneficio para el autocontrol, dependiendo de qué parte de tu vida estás
tratando de dominar.
… Sin
embargo, podría hacer que subas de peso
Pensar en
Dios puede ayudar a evitar la tentación a la comida chatarra, pero la fuerza de
voluntad podría no traducirse en hábitos saludables. Según un estudio
presentado en una reunión de la American Heart Association en marzo de 2011,
los adultos jóvenes que con frecuencia asisten a actividades religiosas, tienen
50% de probabilidad a ser obesos a su mediana edad en comparación con los que
se mantienen al margen de la iglesia.
El culpable
es quizá el banquete dominical y otros alimentos asociados con el culto, según
los investigadores. Pero el estudio no debe ser tomado para representar la
salud en general, advirtieron. Las personas religiosas tienden a vivir más que
los no religiosos, en parte porque fuman menos.
Eleva la
autoestima (si vives en el lugar correcto)
Dependiendo
de donde vivas, la religión también puede hacer que te sientas mejor contigo
mismo, haciéndote sentir parte de tu cultura. Las personas religiosas tienen
mayor autoestima y un mejor ajuste psicológico que las personas que no lo son,
según un estudio de enero de 2012.
Pero este
beneficio sólo es válido para las personas que viven en países donde la
religión está muy extendida y es importante. Los resultados, publicados en la
revista Psychological Science, sugieren que una persona religiosa podría
recibir un impulso de felicidad en Turquía, pero en un país secular como Suecia
podría no verse.
Protege
contra los síntomas depresivos
La
recuperación de la depresión avanza mejor si se tiene un respaldo en la
religión. De acuerdo con un estudio de 1998 publicado en American Journal of
Psychiatry, los pacientes ancianos hospitalizados por problemas físicos que
también sufrían de depresión, se recuperaron mejor de sus luchas mentales si la
religión era una parte intrínseca de su vida.
Más
recientemente, científicos informaron en Journal of Clinical Psychology en 2010
que la creencia en un Dios cariñoso mejora la respuesta al tratamiento
psiquiátrico en pacientes deprimidos. Curiosamente, este aumento de la
respuesta no estaba atado al sentido de esperanza o de cualquier otro factor
que pueda ser otorgado por la religión del paciente, según un estudio de la
investigadora Patricia Murphy, de Rush University.
"Fue
especialmente vinculada a la creencia de que un ser supremo le importaba",
dijo Murphy.
Motiva las
visitas al médico
De hecho,
la religión está ligada a la salud en general, posiblemente porque las personas
religiosas tienen más apoyo social, mejores habilidades de afrontamiento y una
autoimagen más positiva que las personas que no se unen a las comunidades
basadas en la fe. En un estudio de 1998 publicado en la revista Health
Education & Behavior, los investigadores de la Universidad de California
encontraron que los feligreses regulares tienen más probabilidades de recibir atención
preventiva, en este caso a las mamografías. Alrededor del 75% de los 1,517
miembros de la iglesia en el estudio recibió mamogramas regulares, en
comparación con el 60% de una muestra de 510 mujeres que no eran miembros de la
iglesia y asistió con menos regularidad.
Reduce la
presión arterial
Las
personas que asisten a la iglesia a menudo tienen presión arterial más baja que
los que no van en absoluto, de acuerdo con un estudio de 2011 de Noruega. Estos
resultados son particularmente impresionantes dado que la asistencia a la
iglesia es relativamente rara en aquel país. Los investigadores pensaron que
las diferencias culturales pueden prevenir a los noruegos religiosos y
considerar el tipo de beneficios que ven a menudo en los feligreses
estadounidenses. De hecho, los participantes que fueron a la iglesia al menos
tres veces al mes, tenían presiones arteriales de uno a dos puntos más bajos
que los no asistieron, resultados similares a los vistos en los Estados Unidos.
Los
beneficios parecen vinculadas a cómo los creyentes fieles están en sus rutinas
de la iglesia. Las personas que fueron una vez al mes o menos tenía una ventaja
de medio punto en su presión arterial a los no asistentes, y la gente que iba
de una a tres veces al mes tuvieron una reducción de un punto en la presión
arterial. Los fieles pueden obtener lecciones para sobrellevar el estrés y la
ansiedad desde el púlpito, según los investigadores, o podrían recibir un
impulso de relajación, cantando, rezando y realizando rituales con los demás.
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