La gente
pregunta: "¿Cómo puedo estar seguro de que estoy oyendo a Dios?".
Como creyentes, oír hablar a Dios es nuestro derecho y nuestro privilegio. La
Palabra dice que podemos conocer su voz y distinguirla de las de los demás; Él
nos da discernimiento para identificar su voz de otras voces engañosas. En Juan
10:3-5, Él compara el discernimiento con el instinto natural que tienen las
ovejas para reconocer la voz de su pastor.
Podemos
discernir la diferencia entre la voz de Dios y la voz del engaño si realmente conocemos
el carácter, la naturaleza y la historia de cómo Él ha guiado antes a otros.
Sabremos que lo que hemos oído es algo que corresponde a su naturaleza.
Sabremos que lo que Él ha dicho no contradice su Palabra, sabiduría, ni sentido
común.
Si
verdaderamente le pertenecemos, Dios nos dará el discernimiento para saber si
lo que estamos escuchando realmente es de Él o no. Nos capacitará para
distinguir su voz del engañoso espíritu del error. Entonces, confiaremos en que
estamos siguiendo la dirección de Dios, ya sea que nos esté guiando hacia
delante o diciéndonos que esperemos.
Para oír a
Dios y evitar el espíritu de error, es importante buscar en la Palabra de Dios
y pasar tiempo con Él allí. Cuanto más estudiemos y aprendamos la Palabra, más
permitiremos que su poder fluya a través de nuestra vida y seremos más capaces
de oír, discernir y obedecer la voz de Dios.
--Tomado de
La Biblia de la vida diaria, de Joyce Meyer. Una publicación de Casa Creación. Usado
con permiso.
Fuentes: Vida Cristiana
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