En Jonás
3:1, vemos que la palabra del Señor viene a Jonás por segunda vez, y que no es
diferente de la primera (registrada en Jonás 1:2). Dios le dice que vaya a
Nínive y predique a sus habitantes. Dios le da a Jonás una segunda oportunidad.
No importa
cuánto hayamos rehuido las instrucciones de Dios, seguirán estando allí para
que las cumplamos cuando paremos de correr. En última instancia, veremos que
estar en la voluntad de Dios, no fuera de ella, es lo que nos da paz y gozo.
Debemos rendirle nuestras voluntades, porque andar en nuestros caminos
autocentrados nos hará ser infelices.
Escapar de
las cosas difíciles nunca da resultado a la larga. Conocí a una mujer que huía
de todo lo que fuera difícil en su vida. Ignoraba cosas con las que era
necesario que tratara, incluido el abuso en su hogar. Vivía temiendo y tenía
una vida miserable. Terminó acarreando tanta confusión, que tuvo un completo
quiebre mental y emocional. Pretender que sus problemas no existían no hizo que
se fueran. Seguían estando allí, presionándola todo el tiempo. Dios trató de
guiarla a ocuparse de sus conflictos, pero ella no confió en Él suficientemente
como para hacerlo.
Dios nunca
nos llevará adonde no pueda cuidarnos. Si Dios lo está guiando a tratar con una
situación desagradable de su vida, no huya de ella. Él promete estar con usted
en todo momento y no dejarlo ni abandonarlo nunca. Rendirse a Dios puede
parecer alarmante cuando recién comenzamos a practicarlo porque no sabemos lo
que va a pasar cuando nos entreguemos a la voluntad de Dios. Sin embargo, una
vez que nos hemos rendido y comenzamos a experimentar la fidelidad de Dios y la
paz que sobrepasa todo entendimiento, aprendemos rápidamente que los caminos de
Dios son mejores que cualquier plan que nosotros pudiéramos haber ideado.
No
conocemos exactamente lo que sucederá en el futuro, pero confiar en que Dios
cuidará de nosotros y disfrutaremos de paz es mucho mejor que pensar
erróneamente que tenemos todo resuelto en la vida mientras seguimos viviendo
con temor y ansiedad. Disfrutando de paz con Dios llegaremos a estar más
satisfechos, aunque no siempre sepamos lo que el futuro nos deparará.
No existe
confianza sin preguntas no respondidas. Si Dios nos está dirigiendo a hacer
algo difícil, simplemente comencemos a dar pasitos de fe de bebé, y después de
cada uno Él nos mostrará cómo dar el próximo. No es necesario que tengamos el
plano completo del futuro; no necesitamos tener todas las respuestas. Todo
cuanto necesitamos es conocer a quien las conoce, y ése es el propio Jesús.
—Tomado de
La Biblia de la vida diaria, de Joyce Meyer. Una publicación de Casa Creación. Usado
con permiso.
Fuentes: Vida Cristiana
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.