“Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a
vuestros maridos; para que también los que no creen a la palabra, sean ganados
sin palabra por la conducta de sus esposas, considerando vuestra conducta casta
y respetuosa”. 1 Pedro 3: 1, 2
Todos
sabemos que son los celos, en algún momento los hemos sentido de una u otra
forma, todos los seres humanos hemos experimentado ese sentimiento incomodo que
nos lleva muchas veces a decir o hacer cosas indebidas.
La Biblia
describe a los celos como: Obras de la Carne. (1 Corintios 3:2 y Gálatas 5:20)
Los celos
en una relación de matrimonio pueden arruinar la relación, pues los celos son
muestra de desconfianza y donde no hay confianza seguramente falta amor.
Se supone
que los cristianos vivimos para amar a nuestras esposas y las esposas para amar
a sus esposos, todo aquel que tenga bien definido este termino tratara siempre
de ser fiel a quien prometió amor hasta que la muerte los separe.
Lastimosamente
hay esposos y esposas que son paranoicos, es decir que tiene celos desmedido
por cualquier cosa, hasta la situación mas inofensiva provoca celos y dichos
celos traen como consecuencia discusiones, y en dichas discusiones puede
aflorar el antiguo hombre y la antigua mujer, permitiendo que palabras no adecuadas
salgan de su boca y provoquen una ofensa dolorosa.
La pregunta
sería: ¿Qué piensas ganar a base de celos o cual es tu objetivo demostrándolos?
Personalmente
pienso que los celos lo único que hacen es destruir una bonita relación, mas
cuando no hay una razón valedera para tenerlos.
CELOS DE ESPOSOS
Por lo
general los hombres somos un poco despistados, no nos percatamos de las cosas
tan fácilmente como lo hacen las mujeres que pueden detectar detalles mínimos,
nosotros los hombres tenemos que ver las misma escena varias veces para
percatarnos de detalles. Pero eso no quiere decir que no existan celos en los
hombres, es más, me atrevería a decir que cuando los hombres demuestran celos
lo hacen de una forma mucho más fuerte que las mujeres, aunque no con la
regularidad con que lo hacen las mujeres, los hombres también pueden padecer de
celos desmedidos.
Tenemos que
aprender como buenos cristianos que los celos no es algo que debería existir en
nuestra vida, ni mucho menos en nuestra relación de matrimonio. Los Celos
destruyen hogares, roban el amor con el que Dios quiere que nos tratemos, los
celos solo traen consigo consecuencias negativas y falta de confianza, mas la
voluntad de Dios en una pareja no es que los celos sean el pan de cada día,
sino que podamos comprender que el amor que un día nos prometimos, es el que
debe existir cada día de nuestra vida.
Como hijos
de Dios nosotros los hombre tenemos que aprender a confiar en nuestra esposa, a
permitir que ella tenga las amistades que quiera y pueda tener, sabiendo de
antemano que por amor a ti, tratara de respetarte, que no hará nada que pueda
dañar la relación que un día comenzaron y la cual ira floreciendo cada día
mientras pasen los años.
Esposos que
me leen, tratemos de ver no con nuestros ojos carnales, sino con los ojos de
Cristo, no veamos a las amistades de nuestra esposa como una competencia,
¿Acaso piensas que te pueden robar a tu esposa?, ¿Qué ella dejara de amarte?,
¿O que hay alguien que sea mejor que tu para tu esposa?
Todo eso es
señal de desconfianza, antes que te casaras con esa mujer le pediste
matrimonio, quizá lo hiciste de una forma única en donde tu amada no pudo
soportar las lagrimas de felicidad, cuando te dio el “SI” te lo dijo porque
quería pasar el resto de su vida contigo, porque te amaba, porque estaba segura
que tu así como eres, con tus defectos y virtudes eras el hombre que con el que
ella deseaba pasar el resto de su vida. Entonces frente a esto: ¿Cuál es tu
temor?, ¿Por qué tantos celos?, Ámala, respétala, permítele ser libre, ella no
es tu esclava, es tu ayuda idónea, un vaso frágil al que debes amar, pues un
día le prometiste amararla en las buenas y en la malas. ¡Basta ya de tantos
celos del demonio!
No permitas
que los celos te roben la bendición de una familia, esos celos enfermizos que
te llevan a reaccionar no como un cristiano hijo de Dios nacido de nuevo, sino
como una persona sin sentimientos que piensa que con decir lo que siente en ese
momento impondrá respeto y temor a su esposa. ¿Qué es lo que quieres?, ¿Qué tu
esposa te respete por miedo a lo que puedes decirle o hacerle?, ó ¿Qué tu
esposa te respete por el amor que le tienes y excelente que la tratas?
CELOS DE LAS ESPOSAS
Definitivamente
todo lo que escribí antes también se aplica a la esposa, puesto que es triste
también ver como hay esposas que desesperan a sus maridos por esos celos tan
enfermizos que poco a poco están carcomiendo su relación de matrimonio.
Hay muchas
esposas que permiten que la televisión las influencie a ser “esposas duramente
celosas”. Hay mujeres que pasan conectadas a la televisión viendo novelas y
programas que trasmiten esa clase de matrimonios en donde los engaños, las
infidelidades y el desamor son la base que rodea a esos programas de
televisión. Las mujeres están tan impregnadas de esas ideas que ven por la
televisión que creen que su matrimonio puede ser igual o peor, eso hace que a
la mínima sospecha actúen ferozmente en contra de su esposo, aquel hombre que
quizá ni por su mente pasa la mínima probabilidad de engañar a la mujer que
eligió para pasar el resto de su vida.
Las mujeres
muchas veces no se dan cuenta que con tanto reclamo sin fundamento y tantas
palabras que salen de su boca como cual ametralladora lo único que hacen es
crear en su esposo un sentimiento de desconfianza hacia el. Ahora el esposo no
se sentirá tranquilo de nada, pues la esposa de celos enfermizos revisa hasta
el mínimo detalle de el, su ropa, su celular, sus archivos, su computadora,
¡hasta su correo electrónico!, ¡POR FAVOR!, ¿Qué clase de relación amorosa y de
matrimonio es esa?, no me vengas con el cuento que tienes que investigar todo
porque puede estarte engañando, pues para que te engañe antes de engañarte a ti,
tiene que fallarle al Señor, fallarle a tus hijos, a su familia, a todo mundo.
Creo que un cristiano verdadero pensaría seriamente todo lo que perderá antes
de caer en una infidelidad.
No
provoques a tu esposo a que te sea infiel, ya que de tanto darle al mismo tema
y reaccionar a la mínima sospecha tu esposo se puede cansar, desanimar y tu
misma lo puedes llevar a caer en ese error que le costara muchas cosas en su
vida. En lugar de mantener celos constantes, ámalo, atiéndelo como a un rey,
demuéstrale confianza, que el pueda contarte todo, dale motivos para que este
seguro que puede contarte cualquier cosa sin caer en peleas y cuestionamientos
llenos de celos. Evita por todos los medios caer en los repetitivos
cuestionamientos sobre su fidelidad a ti. Confía en el y en el amor que un día
te prometió y por el cual ahora son una familia.
LA CONFIANZA ES ESENCIAL EN UN MATRIMONIO
Si hay algo
que debemos cultivar en nuestro matrimonio es la confianza, pues la
desconfianza va destruyendo poco a poco la relación, mas la confianza la
fortalece. Que los celos en el matrimonio no se conviertan en la razón de una
dolorosa separación o de errores que pueden costarnos mucho en la vida, tanto
familia y secular, como espiritual.
Esposos
amen a sus esposas, confíen en ella, trátenla como una reina, igualmente
esposas confíen en su marido, ámenlos, trátenlos bien, que ellos quieran estar
en casa porque hay un ambiente de amor y confianza y no que prefieran trabajar
horas extras por no llegara temprano a casa y enfrentarse a las mismas peleas
de siempre.
Recordemos
que la base fundamental de la sociedad y de la Iglesia es la Familia, cuando en
la familia hay un ambiento lindo, la Iglesia también puede percibirlo y será
bendecida, pero cuando las familias tienen ciertos roces, problemas constantes,
también la Iglesia se ve afectada y sobre todo el Nombre de nuestro Dios.
Demos
testimonio al mundo que nuestros matrimonios son diferentes al promedio, que en
nuestro hogar existe un verdadero AMOR, una verdadera CONFIANZA, un hermoso
AMBIENTE, provocado por Dios mismo y por el amor del uno hacia el otro.
“Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas
sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas
de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo”.
1 Pedro 3:7
Escrito por Enrrique Monterrosa
Escrito para www.devocionaldiario.com y
destellodesugloria.org/blog/
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