Un atleta
escocés del siglo XIX hizo un disco de hierro basándose en una descripción que
leyó en un libro. Lo que no sabía era
que el disco usado en la competencia oficial estaba hecho de madera y sólo
tenía un anillo exterior de hierro. El
suyo era de metal sólido y pesaba tres o cuatro veces más que los que usaban
los otros lanzadores.
Según el
escritor John Eldregde, el hombre señaló en un campo de su casa lo que hasta ese momento era la marca
en distancia, y entrenó día y noche para alcanzar esa marca. Trabajó durante
años hasta que pudo batir la marca. Entonces llevó su disco de hierro a
Inglaterra para su primera competencia.
Cuando
llegó a los juegos le entregaron el disco oficial. Fácilmente batió una nueva
marca. Durante años fue campeón
invicto. Este hombre entrenó, bajo una
pesada carga y mejoró por ello.
Cuando nos
dan una carga pesada para llevar necesitamos aprender a llevarla en la
fortaleza de Jesús y por amor a Él.
Cualquiera que sea la carga o el sufrimiento, Dios lo usará para
perfeccionarnos, afirmarnos, fortalecernos y establecernos.
Nuestras
cargas nos pueden hacer mejores de lo que nos imaginamos: más fuertes, más
pacientes, más valientes, más amables y más amorosos de lo que hubiéramos sido
de no ser por ellas.
1Pedro 5:10 Y después de que hayáis sufrido un poco de
tiempo, el Dios de toda gracia… Él mismo os perfeccionará, afirmará,
fortalecerá y establecerá.
Fuente:
Nuestro Pan Diario 2005, Renuevo de Plenitud
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