Hay profecía que tienen un efecto positivo en nuestra vida y algunas se
cumplen inmediatamente o en plazo
determinado, otras tienen un efecto negativo y también se cumplen o no en determinado tiempo.
Te han dicho alguna vez algo que te ha marcado para siempre, algo que ha
entrado en tu mente, memoria, para siempre; y que por más que desee dejarlo ir,
ahí está , no se quiere ir, eso se llama profecía que tienen su cumplimiento en
sí misma.
Recientemente
la batería de mi celular cayó en el agua; alguien dijo “tiene que tirarla a la
basura, no sirve, se mojo, debe comprar otro celular”.
Mi
respuesta fue, “ no creo lo que tú dice, ni siquiera por un minuto; y tome la
batería, la seque bien, compuse el celular nuevamente y empezó a trabajar de nuevo..
Las cosas no son como digan los demás, las cosas
son como dice Dios dice que son; Dios hace nueva todas las cosas y lo viejo se
queda atrás.
Dios es un
especialista transformando vida, cambiando situaciones; no necesariamente tiene
que ser como dijo tu amigo o tu vecino; Dios siempre tiene la última palabra.
Porque tus
familiares murieron de ataque al corazón, tu no tiene su sufrir esa
situación, Dios rompe las maldiciones
hasta la cuarta generación.
No debemos
creer, ni por un instante lo que digan
los demás; debemos creer dice Dios y su Palabra.
Jesús le
dijo: ¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios? Juan 11:40
El
miércoles pasado escuche un testimonio en mi iglesia.
La joven
estaba embarazada y estaba tomando demasiado medicamento para la salud de ella;
los médicos , tanto psicólogos como ginecólogos, les decían que el bebe iba a
salir anormal, que se sacara el bebe; pero ella decidió creer en Dios en su
Palabra; llego a la iglesia y nuestro le
dio una palabra profética, donde le dijo que el bebe iba a salir sano y que
íbamos a presentar en la iglesia y para la gloria de Dios, presentamos a la
bebe, sana y bonita, lo hizo Dios; es que Dios tiene la última palabra.
Entonces
Jesús dijo al centurión: Ve, y como creíste te sea hecho. Y su siervo fue sano
en aquella misma hora. Mateo 8:13
Félix Abreu
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