Leer | JUAN
14.1-3 |
La Biblia es clara cuando dice que los que ponen su fe en Jesús como su
Salvador personal, vivirán eternamente junto a Él.
El Nuevo
Testamento contiene alrededor de 200 referencias del cielo, la mayoría de las
cuales proceden de las enseñanzas del Señor mismo. Obviamente, el tema era muy
importante para nuestro Señor. ¿Por qué, entonces, no hablamos más a menudo del
cielo?
Lamentablemente,
una de las razones por las que ignoramos el tema, es porque simplemente nos
sentimos demasiado satisfechos aquí en la Tierra. Tal vez pensamos que estamos
bastante bien, ya sea por tener una familia, un trabajo o una casa. Rodeados de
tanta comodidad, puede parecernos difícil imaginar que haya un lugar mejor.
Las
personas que tienen una vida menos cómoda captan el concepto de cielo con mayor
facilidad. Las personas que viven padeciendo necesidades, se aferran a la idea
de que la vida más allá de la Tierra proveerá todo aquello de lo que carecen
actualmente.
Casi nunca
es nuestra desesperación lo que hace que sea difícil de imaginar nuestro hogar
celestial. Más bien, son nuestros éxitos los que muchas veces constituyen el
obstáculo más grande para desear el hogar eterno al que verdaderamente
pertenecemos. Podemos estar tan entretenidos por las cosas terrenales, que nos volvemos
ciegos a la realidad espiritual de la vida eterna. ¿Por qué no pensamos más en
el cielo? Simplemente, porque muchos de nosotros no queremos ir allá todavía.
¿Qué cosas
pueden estar obstruyendo la visión de su hogar celestial? Jesús nos precedió
para preparar nuestra morada eterna, ¿y quién sabe mejor que nuestro Creador
cómo arreglar un lugar a nuestro gusto? No permita que nada oscurezca su visión
del hogar maravilloso que le espera.
(En
Contacto)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.