LEA:
Hebreos 12:1-4 | Después de correr 32 kilómetros (20 millas)
en la Maratón Salomon Kielder, en Gran Bretaña, un corredor salió del recorrido
y tomó un autobús hasta una zona boscosa cerca de la llegada. Entonces, volvió
a entrar en la carrera y reclamó el tercer puesto. Cuando los oficiales lo
interrogaron, declaró que había dejado de correr porque estaba cansado.
Muchos
podemos identificarnos con el agotamiento de un atleta exhausto cuando corremos
la carrera de la vida cristiana. El libro de Hebreos nos alienta a correr «con
paciencia la carrera que tenemos por delante» (Hebreos 12:1). Correr con
paciencia exige dejar de lado el pecado que se presenta en nuestro camino y
despojarnos de toda carga que nos frene. Incluso, tal vez tengamos que seguir
adelante en medio de la persecución (2 Timoteo 3:12).
Para evitar
que nuestra alma se canse y se desanime (Hebreos 12:3), la Biblia nos insta a
mantenernos enfocados en Cristo. Cuando le prestamos más atención al Señor que
a nuestras dificultades, vemos que Él corre a nuestro lado, que nos sostiene
cuando tropezamos (2 Corintios 12:9) y nos alienta con su ejemplo (1 Pedro
2:21-24). Mantener la mirada puesta en «el autor y consumador de la fe»
(Hebreos 12:2) nos ayudará a permanecer cerca de la fuente de fortaleza y a
seguir fieles hasta el final.
Podemos
terminar con brío si nos mantenemos enfocados en Cristo.
(Nuestro
Pan Diario)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.