Leer | GÉNESIS
50.15-21 | La vida cristiana debe caracterizarse por el
crecimiento evidente del creyente a medida que avanza de la leche espiritual al
alimento sólido. Después que asimilamos las verdades elementales de nuestra fe,
debemos comenzar a digerir las más “sustanciosas”. La pregunta de si Dios está
en cada circunstancia pertenece a esta última categoría, porque la respuesta se
opone al raciocinio humano. Dios está presente tanto en las tragedias como en
los éxitos de la vida: Él los envía, o bien permite que sucedan.
Cuando
reflexionemos en las enseñanzas más profundas de las Escrituras, es importante
comenzar por el carácter del Señor y sus promesas. Por ejemplo, al meditar en
el hecho de que Él efectivamente permite algunos momentos dolorosos, es muy
importante que recordemos lo siguiente:
• Dios
es bueno (Sal 145.9), como son sus propósitos y todo lo que hace.
• Dios
es soberano (Sal 103.19), por lo que no hay nada que esté fuera de su
control.
• Dios
promete a los creyentes que Él hará que todas las cosas les ayuden a bien (Ro
8.28).
• Dios
cumple sus promesas (2 Co 1.20). Estos hechos forman un filtro a
través del cual podemos buscar entender la presencia del Señor en cada
situación.
Pensemos en
José, quien fue traicionado por sus hermanos, acusado falsamente por la esposa
de su patrón y encarcelado injustamente. Este joven estuvo indefenso y fue
olvidado de muchas maneras. Pero se negó a dejarse llevar por las
circunstancias; captó la profunda verdad de que Dios lo había dispuesto todo
para bendecirlo.
Ya sea que
el Señor envíe una prueba o permita que ella ocurra, Él ha dicho que la usará
como parte de su plan para nuestro bien. ¿Le cree usted a Dios?
(En
Contacto)
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