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MATEO 7.13, 14 | En una autopista de seis carriles, es fácil
que la vía se llene de muchísimos vehículos. Entrar en la autopista es muy
fácil, ya que las rampas desembocan en el carril preciso cada cierta distancia.
Por el contrario, tratar de mantener en un camino angosto a las ovejas, desde
el pastizal al corral, obliga a uno a caminar prestando mucha atención.
El camino
de las ovejas es una imagen del camino estrecho, el camino de Dios, mientras
que la vía de seis carriles ilustra el camino ancho, es decir, el camino de
Satanás que lleva a la perdición.
El camino
ancho está tan atestado como una autopista en hora pico. La mayoría de la gente
elige este camino porque les encanta que no haya restricciones de lo que
quieran probar. Todo lo que les proporcione placer, poder o prosperidad es bien
recibido y practicado. Dios, la Biblia y la iglesia pueden ser tolerados por
algún tiempo, pero al final serán reemplazados en el corazón del viajero en la
senda ancha. Es de esperarse, ya que en este camino todo es aceptado: todas las
filosofías, todas las creencias, todas las pasiones, y todos los hábitos que
promuevan la idea de la libre elección.
Pero, por
más maravillosas que puedan parecer esa tolerancia y esa licencia, el camino
ancho es también el camino de la insatisfacción. No importa lo que el mundo
prometa, eso al final no dará satisfacción, porque el camino espacioso es una
ilusión. La carne puede ser tranquilizada temporalmente, pero el corazón humano
no puede encontrar la paz en ese camino. Nada de lo que el mundo idee o cree,
puede llenar el lugar en nuestro corazón que Dios hizo solo para Sí mismo. La
verdadera satisfacción que se tiene en el Señor solo se encuentra en el camino
angosto.
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