“…¿a cuál de los árboles del Edén
compararás tu fortaleza y tu gloria? Tú también serás enviado a las
profundidades con todas esas naciones. Quedarás tendido entre los
paganos que murieron a espada. Ese será el destino del faraón y de todas
sus multitudes. ¡Yo, el SEÑOR Soberano, he hablado!”».
Ezequiel 31:18
Todo este capítulo habla del enojo que Dios tenía hacia el Faraón, quien creía que era mas grande que todos, aun Dios.
No tengo duda alguna de que todos los que terminan teniendo la misma actitud del Faraón, pagarán algún día por su orgullo y malicia. No solo como castigo de Dios pero también porque la vida es impredecible, nunca sabes donde vas a estar mañana o en unos años. Puede que las cosas puede se den a tu manera hasta que la vida y/o Dios le da la vuelta, dejándote en aquel lugar en donde los demás estaban cuando tu estabas en “altos” lugares. Dejándote en necesidad de ellos. Dejándote solo. Dejándote con una alta cuenta por pagar y sin nadie que te ayude.
Donde sea que te encuentres hoy, con un buen trabajo, con mucho dinero, poder, influencia, salud, con un ministerio en crecimiento (si eres pastor o líder), presta atención a tu actitud, a tus obras, a tu humildad u orgullo hacia los demás y hacia Dios, el único Dios. Si no usas lo que tienes hoy para edificar, construir, dar, amar, compartir, entonces serás como un árbol sin frutos, inútil, y puede que termines siendo traído abajo por completo, sin nada ni nadie. Nada mas que el orgullo, la malicia y el vacío que la gente recordará sobre ti.
Si tienes mucho o nada, detente y mírate, dale un vistazo a tu vida. Cambia antes de que sea demasiado tarde. Antes de que todo de la vuelta y te las cobre todas.
Rebecca Vander Meer
La Arboleda
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