“Que el Dios de la esperanza
los llene de toda alegría y paz a ustedes que creen en él, para que rebosen de
esperanza por el poder del Espíritu Santo”, Romanos 15:13.
Hoy estaba
viendo el testimonio del Rev. James Robinson. Él relataba el dolor que
experimentó en su juventud. Como ministro, su vida estaba llena de ira,
confusión y lujuria. Él habló de cómo finalmente llegó a un punto de un
verdadero quebrantamiento antes de estar realmente contento con su esposa,
hijos y ministerio.
Estaba
sorprendida de escuchar esto. ¿Este reverendo fue atormentado por la lujuria e
incluso pensamientos de suicidio? ¿Cómo puede ser esto posible? Entonces,
recordé otros famosos predicadores que habían caído por algunos trucos del
enemigo. Me percaté que es muy difícil siempre estar en el foco público:
predicando a grandes grupos de gente, horarios ocupados, noches de viajes. Todo
eso empieza a sumarse y a crear situaciones difíciles de superar.
Luego,
empecé a meditar sobre lo que le llevó a disfrutar de su vida. Sin importar las
pruebas, las tentaciones, la confusión o el éxito, la única cosa que le ayudó
fue encontrar ese punto de quebranto. Fue el lugar dónde él comprendió que era
un pecador, salvado por gracia. Su fragilidad humana y a veces su naturaleza
carnal le obstaculizó conocer la libertad completa en Cristo. No te equivoques,
él era cristiano, un hombre de Dios haciendo las labores del Señor. Sin
embargo, se encontró en situaciones dónde necesitó que Dios le sacara. Su más
grande victoria vino cuando se humilló a sí mismo y recibió la misericordia y
el amor que Dios tenía para él.
Sin la
ayuda de Dios, fácilmente podría encontrarme a mí misma ahí. Necesitamos
recordar de dónde venimos, que somos frágiles y que debemos mantener nuestros
ojos enfocados en el Maestro.
Oración:
Señor,
quiero tener una vida de quebranto que me lleve a la paz completa. Quiero que
mi vida sea un ejemplo en la que pueda reflejar a Jesucristo y su gran amor. Quiero
que me sostengas en cada circunstancia difícil para no caer y que me enseñes a
vivir de tal manera que cada día te honre. En el nombre de Jesús. Amén.
Escrito por
Martha Noebel. Escritora de CBN
Fuentes:
Club 700
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