BY RICK
WARREN — Ciertas personas piensan erróneamente, que seguir a Jesús significa
tener que ser legalistas y sentenciosos. Nada está más lejos de la verdad.
Jesús vino para darnos una vida rica y satisfactoria: “El ladrón solamente
viene para robar, matar y destruir. Yo vine para que la gente tenga vida y la
tenga en abundancia” (Juan 10:10 PDT)
Satanás es
quien quiere “robar, matar y destruir” tu libertad y tu gozo.
A menudo
personas bien intencionadas, pero equivocadas, pueden llevarnos a evadir a Dios
a causa de su fanatismo. Estos son algunos de los fanáticos religiosos que he
observado a lo largo de los años:
Alfredo el Fariseo: Rígido, cerrado y legalista, tiene una regla
para cada cosa. Su palabra favorita es “no”. Es muy natural que algunas
personas teman llegar a ser así si se convierten a Cristo. Sin embargo, a los
individuos como Alfredo, Jesús las calificó como “guías ciegos” al decir:
“¡Cuelan el agua para no tragarse por accidente un mosquito, pero se tragan un
camello!” (Mateo 23:24 NTV).
Susana la Santurrona: Tienen la actitud de “yo soy más
santa que tú” y juzgan siempre a los demás. Su frase favorita es: “¡Gracias a
Dios no soy como tú!” Jesús relató la historia de dos hombres que oraban, uno
auto-justificándose y con actitud santurrona, y el otro humillado por sus
fracasos: “ Les digo que fue este pecador —y no el fariseo— quien regresó a su
casa justificado delante de Dios. Pues los que se exaltan a sí mismos serán
humillados, y los que se humillan serán exaltados” (Lucas 18:14).
Guillermo el Golpeador con la Biblia: Es un activista desagradable y con
exceso de celo. Su frase favorita es “¡arrepiéntete o piérdete!” Pero el plan
de Dios para llevarnos a morar con Él, está lleno de amor, gracia y sacrificio:
“Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el
que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna. Dios no envió a su
Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él” (Juan
3:16-17 NVI).
Paula Aleluya: No puede hablar sin usar clichés religiosos.
Cada cosa es un milagro o una obra del demonio. Ha guardado su cerebro en un
armario. Pero Dios no quiere que tú dejes de pensar cuando te conviertes en
cristiano; en realidad, él quiere darte la mente de Cristo (1 Corintios 2:16).
Estos son
estereotipos, pero representan personas que han abandonado su relación con
Jesús y han abrazado una religión. Pero Jesús dice: “Yo vine para que la gente
tenga vida [no religión] y la tenga en abundancia.”
Reflexiona sobre esto:
¿Cuáles son
las características del tipo de persona que Dios quiere que tú seas?
¿Cómo
puedes describir la diferencia entre religión y relación?
Hazte una
autoevaluación. ¿Hay alguna parte de tu vida que refleje más legalismo que
amor?
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