“¡Tercos — oídos! ¡Duros de cuello e
incircuncisos en los corazones y los oídos! Ustedes son iguales que sus
antepasados: ¡Siempre resisten al Espíritu Santo!”
Hechos 7.51
No me gusta que digan que estoy equivocado o que he hecho algo mal. Creo que la mayoría de nosotros respondemos de esta manera. Encontramos importancia en estar en lo cierto o en el hacer las cosas bien. Entonces, cuando somos confrontados con la verdad de que no lo tenemos todo bajo control, es usual que reaccionemos fuerte. El problema es que cuando reaccionamos fuerte, no es a la información, sino a la persona dándonos la información y terminamos “matando” al mensajero.
Esteban dijo estas palabras justo antes de que fuese apedreado a morir. Obviamente la gente no estaba contenta con algo que él había dicho, y no estaba dispuesta a escuchar lo que él tenia que decir. Básicamente, la gente estaba enfrentando dos opciones: escuchar lo que Esteban estaba diciendo y actuar al respecto, o callarlo y no escuchar nada. Al callarlo, ellos probaron exactamente lo que él había estado diciendo.
Todos nosotros necesitamos escuchar de vez en cuando, la dura verdad. No somos perfectos. Cometemos errores. Entonces cuando somos enfrentados con la verdad, tenemos la responsabilidad de responder correctamente. Especialmente cuando la verdad viene de Dios.
Hoy, escucha las voces de aquellos que amas y en quienes confías. Escucha la voz de Dios a través de Su palabra o a través de la oración. No seas duro de cuello. No resistas al Espíritu Santo. No resistas la verdad, especialmente cuando es lo que necesitas escuchar.
Robert & Rebecca Vander Meer
EzekielsGrove.com
LaArboleda.net
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