Tenemos que
admitirlo, a veces en la vida parece que estamos metidos en un hoyo.
La verdad
es que en este preciso momento, se está dando un universo de “batallas de
voluntades”. Y si usted es uno de los que insiste en hacer “lo que quiera”
entonces su mundo es como usted lo quiere, porque de cierta forma, es el mundo
que usted ha pedido.
¿Recuerda
la historia de Adán y Eva? Dios les instruyó a no comer de cierto árbol. ¿Y qué
hicieron? Comieron la fruta prohibida a pesar de la advertencia. Ellos
participaron “voluntariamente” de ese fruto, pensando que podían ignorar lo que
Él les dijo.
Adán y Eva
creyeron que podían ser como Dios… ¡Sin Dios! Creían que había algo más valioso
que Dios mismo, algo mejor que tener una relación personal con Él. En este
sistema mundial, como lo conocemos hoy, lleno de fallas y maldades, es un
resultado directo de su decisión.
Su historia
es la de todos nosotros, ¿no es así? ¿Quién no ha dicho en algún momento (ya
sea en voz alta o en el secreto de su corazón): “Dios, creo que yo puedo solo
desde aquí. Esta la manejo solo. Aprecio su ofrecimiento pero creo que me las
puedo arreglar solo ahora.” Y nos vamos, intentando que funcione nuestra vida
sin la ayuda de Dios.
¿Cuál es la
respuesta de Dios? Lo permite.
Él nos deja
tenerlo; y aun así todo el tiempo como un Padre amoroso se duele mientras
observa a su hijo(a) testarudo(a) ir directamente de una situación desastrosa a
otra, conociendo qué está por venir.
¿Cuál es el
resultado? Terminamos experimentando las dolorosas consecuencias de nuestras
propias acciones o las de otros, que van contrarias a la voluntad de Dios.
Cosas como asesinatos, robos, mentiras, avaricia, abuso sexual, odio, guerra,
etc., son un resultado directo de las personas que rehúsan darle a Dios el
acceso e influencia sobre sus vidas. Van haciendo lo que gustan y terminan
sufriendo mucho a causa de esto.
“Todos
nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas
Jehová cargó en Él el pecado de todos nosotros.” (Isaías 53:6).
¿Cuál es la
solución de Dios para este dilema terrible de la raza humana? Él mandó a su
único Hijo, Jesucristo a mostrarnos el camino “de regreso” al Padre.
“De tal
manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel
que en él cree no se pierda, sino que tenga vida eterna. Dios no envió a su
Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.
“(Juan 3:16-17).
Jesús dijo:
“Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré
descansar.” (Mateo 11:28).
En medio de
las dificultades, podemos tener tranquilidad sabiendo que Cristo está con
nosotros, y Él nos da la fortaleza para superar los obstáculos. Su gozo y paz
están en medio de la tormenta.
Jesús dijo:
“Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis
aflicción, pero confiad, yo he vencido al mundo.” (Juan 16:33).
¿Quiere una relación con Dios?
Si desea
tener este tipo de relación con Dios, ore algo así:
“Señor
Jesucristo, creo que sufriste el dolor de la cruz para darme una nueva vida. Te
pido que vengas a mi vida y me des tu paz y gozo. Confieso que soy un pecador,
que he buscado mi propio camino y me he equivocado. Por favor perdóname por mis
faltas. Te recibo ahora como Señor y Salvador. Por favor lléname con tu
Espíritu Santo. Ayúdame a seguirte y servirte con mi vida. Gracias, Señor
Jesús. Amén.
Si usted
oró esto de corazón, ahora es un hijo(a) de Dios. Las cosas de su vida pasada
se han ido y Él le ha hecho nuevo.
Fuentes:
Club 700
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.