En una
tierra en guerra, había un rey que causaba espanto. Siempre que hacía prisioneros,
no los mataba, los llevaba a una sala donde había un grupo de arqueros de un
lado y una inmensa puerta de hierro del otro, sobre la cual se veían grabadas
figuras de calaveras cubiertas de sangre. En esta sala el rey les hacía formar
un círculo y les decía entonces... "Ustedes pueden elegir entre morir
atravesados por las flechas de mis arqueros o pasar por esa puerta
misteriosa".
Todos
elegían ser muertos por los arqueros. Al terminar la guerra, un soldado que por
mucho tiempo sirvió al rey se dirigió al soberano y le dijo:
--"Señor,
¿puedo hacerle una pregunta?"
Y le
responde el rey:
--"Dime
soldado".
--"¿Qué
había detrás de la horrorosa puerta?".
--"Ve
y mira tú mismo", respondió el rey.
El soldado
entonces, abrió temerosamente la puerta y, a medida que lo hacía, rayos de sol
entraron y aclararon el ambiente... y, finalmente, descubrió sorprendido que la
puerta se abrió sobre un camino que conducía a la libertad.
El soldado
admirado sólo miro a su rey que le decía:
--"Yo
daba a ellos la elección, pero preferían morir que arriesgasrse a abrir esta
puerta".
¿Cuántas
puertas dejamos de abrir por temor?.
¿Cuántas
veces perdemos la libertad y morimos por dentro, solamente por sentir miedo de
abrir la puerta de nuestros sueños o nuestras metas?
Juan 10:9
"Yo
soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y
hallará pastos."
Apocalipsis
3:8
"Yo
conozco tus obras; he aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual
nadie puede cerrar; porque aunque tienes poca fuerza, has guardado mi palabra,
y no has negado mi nombre."
Fuentes:
RDP
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