Esta
sencilla reflexión nos hará recordar la tarea y la responsabilidad que tenemos
al pastorear las ovejas del rebaño del Señor, el Buen Pastor, el Príncipe de
los pastores, ‘no como haciéndonos
dueños de las porciones del rebaño que nos han sido asignadas por suerte, que
son heredad y posesión del Señor’
(trad. ampliada de 1º Pe. 5.3a).
El buen
pastor conduce a las ovejas por el buen camino. No es cuestión de llevar a las ovejas a comer
buenos pastos afrontando peligros innecesarios y precipicios que las puedan
desbarrancar. La clave está en conducirlas a buenos pastos, transitando por
caminos seguros.
También
proporciona a las ovejas el pasto apropiado. No es darles a las ovejas cualquier alimento
o pasto, con tal que llenen sus vientres: hay que llevarlas a comer el alimento
apropiado para ellas, por ejemplo, pastos tiernos para los corderitos.
Un
pastor amante lleva a las ovejas a aguas tranquilas y frescas.
Hay aguas contaminadas o sulfuradas, que es preciso conocer y evitar,
dándoles a las ovejas un lugar tranquilo para beber, y seguro. Los que conocen
algo de la vida y costumbres de los animales, saben que un león espera el
momento en que su víctima va a beber para atacarla. Porque sabe que la víctima
está relajada y tranquila, ya que no tiene que cuidarse de que le roben su
alimento: es sólo agua en abundancia para saciar su sed.
Protege
a las ovejas del peligro. La
protección significa que el pastor les proporciona a sus ovejas un marco de
seguridad y confianza, dentro del cual ellas tengan tranquilidad, serenidad,
certeza de que serán amparadas.
El
pastor del que hablamos defiende a las ovejas del enemigo. Aunque el pastor construya una fortaleza para
redil de sus ovejas, existe la posibilidad de un sorpresivo o sutil ataque de
lobos, osos o leones; ya sea por descuido del pastor -porque es humano e
imperfecto- o porque hay alguna abertura en el redil. Es entonces que el pastor
utiliza sus armas para defender a las ovejas, del enemigo.
No estamos discutiendo aquí qué es más
importante o qué es menos importante. Lo esencial en un pastor de ovejas es
el conocimiento.
Si no tiene
conocimiento de cuál es el buen camino, conducirá a las ovejas a cualquier
parte, con peligro de encontrarse con fieras o con precipicios, con la
consiguiente pérdida de muchas ovejas.
Si no tiene
conocimiento de cuál es el alimento apropiado, las ovejas no serán bien
alimentadas; por lo tanto, se enfermarán y no tendrán la calidad de lana y
carne ideales.
Si no tiene
conocimiento de dónde están las aguas seguras y tranquilas para sus ovejas,
éstas beberán aguas contaminadas, o serán presa del enemigo, que las está
esperando.
Si no tiene
conocimiento, el pastor no entenderá el peligro y conducirá a las ovejas a un
serio accidente, a un extravío o a una muerte segura.
Si no tiene
conocimiento, no sabrá utilizar las armas de defensa apropiadamente; incluso el
mismo pastor correrá peligro de morir en las garras del enemigo.
Además del
motivo indicado al principio, hay un segundo motivo de esta explicación:
iluminar a los creyentes, en razón de la idea que se está extendiendo en
sectores evangélicos, la cual afirma que ‘ no es de importancia fundamental el
estudio y conocimiento profundo de la Santa Biblia, la Palabra de Dios, ni la
mucha teología, ya que lo verdaderamente importante es la vida de santidad, el
aspecto práctico de la vida cristiana ’.
Hay
otras consideraciones igualmente importantes, que tienen que ver con la tarea
pastoral: el amor por las ovejas bajo nuestra responsabilidad es otro de los
rasgos fundamentales de un pastor; así como el pastorear no por obligación sino
voluntariamente según Dios; no por afán de ganancia deshonesta sino con buen
ánimo.
Debemos ser
para el rebaño ejemplos o modelos de lo que es el Señor, sabiendo que, cuando
Él aparezca, recibiremos de sus propias manos la corona de gloria, que no se
marchita como las coronas de laureles (
1ª Pe. 5.4 ) .
Y el pastor
responsable no solamente se ocupa de las ovejas que están en el redil: va a
buscar a la que se extravió, hasta encontrarla.
( Lc 15.4 ).
¡Qué
grande, pero a la vez, hermosa tarea la de pastorear la grey del Señor!
Marcos
Andrés Nehoda Sneka – Pastor - Buenos Aires, Argentina
©
Protestante Digital 2012
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