"Los cristianos muestran una postura intolerante, homofóbica, atrasada, inculta, arcaica; [son] fanáticos intolerantes que resuenan más con nuestro pasado que con nuestro futuro como nación", declaró un comentarista noticioso de televisión por cable. Semejante caracterización le da crédito a Brit Hume, Sarah Palin y otros seguidores de Cristo cuando declararon que EE.UU. en el 2010 no es tan simpatizante con el cristianismo como debiera. ¿Están ellos correctos? Claro que sí. Aunque uno se cuestiona el motivo, a la misma vez se exponen los culpables de la campaña anticristiana que se percibe y es real. ¿Cómo llegó el emperador Nerón a EE.UU.?
Primero, Pew, Barna y otras organizaciones que hacen investigaciones y encuestas, confirman que aunque una gran cantidad de estadounidenses abraza el mejunje cosmopolita de la narrativa de diferentes tipo de fe, la nación estadounidense sigue siendo predominantemente cristiana. Añádale a esto la creciente comunidad de inmigrantes hispanos, el cristianismo probablemente resurgirá en una cantidad mayor que la del siglo 20.
Por consiguiente, si el cristianismo todavía se mantiene como la religión de la mayoría de los estadounidenses, entonces uno se pregunta: ¿Quién o qué se esconde detrás de la cortina de intolerancia cristiana? La respuesta descansa en la capilla de la cultura popular y los medios masivos. A medida que los profetas del relativismo moral se acercan al podio del humanismo secular para transmitir diariamente el mensaje de la utopía horizontal sin el alineamiento vertical de la rectitud y la justicia, los descendientes ideológicos de los puritanos y peregrinos se mantienen comprometidos con defender la senda estrecha, un camino diferente, un camino de sal y luz.
Aún así, la falla no recae únicamente en las manos de un Hitchens y Dawkins ni de los medios anticristianos de la élite de Hollywood. No podemos negar que 9 de cada 10 representaciones cristianas que salen de la pantalla grande o pequeña, proyectan una imagen negativa de los cristianos. El bombardeo constante de la imagen cristiana negativa intenta persuadir a la población estadounidense de que esta comunidad está en contra del cambio, ejemplifica la intolerancia y representa un peligro a la posible utopía de John Lennon. Aunque estoy convencido de que la mayoría de los estadounidenses pueden distinguir la verdad de la propaganda.
Los seguidores de Cristo deben comenzar a examinar el ambiente anticristiano al preguntarse primero: "¿Dónde he fallado?". Quizás fallamos cuando los cristianos se convirtieron en una extensión de uno de los partidos políticos. Los cristianos, particularmente aquellos de la creencia "nacidos de nuevo", hicieron un pacto con un partido político durante los últimos treinta años que resultó en un asno desatendido (Partido Democrático), un elefante (Partido Republicano) que los dio por sentado, y una oveja que se quedó preguntándose: "¿Y qué de mi agenda?". Tomando esto en consideración, Nerón llegó a través del vestíbulo de la apatía espiritual.
Además, los cristianos han resultado ser, en las pasadas tres décadas, los lloricas por excelencia. Hemos hecho la transición de los protectores de un mensaje que activa la esperanza, que confronta la desesperación y que satura con amor, a una comunidad antitodo. En esencia, nuestra estrategia para dar a conocer nuestra marca y mensaje se ha quedado corta de la gloria de Dios.
Para que los cristianos resurjan en una plataforma sostenible de testimonio profético, debemos reafirmar la esencia de nuestros valores de fe, esperanza y caridad. Segundo, debemos reconciliar una plataforma de rectitud con justicia, Billy Graham con Martin Luther King, hijo, salvación con transformación de la comunidad, vida eterna con aliviar la pobreza, vertical con horizontal. No uno u otro, sino ambos. Finalmente, debemos ofrecer una comunidad diferente, que no sólo se involucra sino que reforma la cultura.
Al final del día, los cristianos serán perseguidos. ¿Por qué? Simplemente, el Nerón del siglo 21 busca silenciar a los que abogan por la rectitud y la justicia. Aunque, asegurémosnos que la persecución sea provocada, no por nuestros miedos, sino más bien por nuestra fe. Será así, y sólo así, que la persecución será una bendición. Como San Mateo nos recuerda: "Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos". ¡Verdaderamente somos bendecidos!
Rev. Sammy Rodríguez es el presidente de la Conferencia Nacional de Liderazgo Hispano Cristiano (NHCLC, por sus siglas en inglés) o la National Association of Evangelicals hispana, que sirve a más de 25,000 iglesias hispanas en los Estados Unidos.
Fuentes: Vida Cristiana
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