Lectura: Mateo
25:31-46.
"… fui
forastero, y me recogisteis" Mateo 25:35
Es sabido
que el rey Abdalá II, gobernante de Jordania desde 1999, se disfraza para ir a
lugares públicos. Su propósito es hablar con gente común, averiguar qué piensan
y verificar cómo tratan los empleados civiles a su pueblo. Ha visitado
hospitales y oficinas gubernamentales para enterarse de la clase de servicio
que brindan.
Al rey se
le ocurrió esta idea mientras estaba en Nueva York. No podía salir de su hotel
sin que lo acosaran, así que, se disfrazó. Como dio resultado, entonces lo
probó en su país. Informó que, en cuanto empezó con esta práctica, los
funcionarios civiles y los empleados hospitalarios comenzaron a tratar a todo
el mundo como reyes.
Cuando
Cristo venga como Rey, juzgará a las naciones (Mateo 25:31-46). El Señor dijo
que ese juicio se basará en el modo en que la gente lo trató a Él cuando tenía
hambre, sed, era un extraño, estaba desnudo, enfermo o en la cárcel. Los que
sean juzgados preguntarán cuándo lo vieron en esas condiciones, y Jesús
responderá: "… en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más
pequeños, a mí lo hicisteis" (v. 40).
Puesto que
todas las personas son creadas a imagen de Dios, y como Jesús nos enseñó
mediante Sus palabras y Su ejemplo que Él le importa mucho cómo tratamos a los
demás, debemos tratar a todo el mundo con amabilidad y compasión. Tratemos a
los demás como a reyes.
Reflexión:
Nuestro amor a Cristo es tan real como nuestro amor al prójimo.
Fuentes:
Nuestro Pan Diario
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