Nos esperó después de la conferencia. Alta, esbelta, bien
vestida y con buenos modales. Alba tenía 52 años y estaba casada en segundas
nupcias. Se la observaba preocupada. Había estado llorando.
“Mi esposo me fue infiel. Encontré en su maletín una docena
de DVD. Me llamó la atención el título: ‘reservados’. No acostumbro a revisar
sus cosas, pero como su portafolio estaba abierto sobre la cama matrimonial,
tuve curiosidad de saber que contenían. Ingenuamente, supuse que se trataba de
los videos de la fiesta de quince de nuestra hija mayor. Ella estaba un tanto
ansiosa por verlos, por lo que bajamos rápidamente a la computadora del comedor
y nos preparamos para disfrutarlos.
Me da vergüenza contar lo que vimos. La imagen de mi esposo
desnudo, toqueteando los genitales de varias niñas nunca podré borrarla de mi
cabeza. Fabiana, mi hija, comenzó a gritar desaforadamente: ‘¡qué asco mamá,
qué asco!’ y luego rompió en un llanto profundo. Quise ver los demás DVD y, sin
exagerar, había más de 300 videos caseros de hombres abusando de niñas menores;
algunas de ellas no tenían más que 6 o 7 años. Carpetas enteras de sesiones
fotográficas en poses sensuales y eróticas de niñas y viejos mostrándoles sus
genitales. No pude tolerar más y, golpeé la pantalla de la computadora,
dañándome los dedos.
Lo esperé. Cuando cruzó el umbral de la puerta, le dije:
‘Francisco, ¿qué me hiciste? Vi todas tus porquerías. ¿Qué hiciste con esas
niñas? ¡Degenerado! ¡Basura! ¡Inmoral! ¡Violador! ¡Pornógrafo! No soporto
verte. Nunca más me pondrás un dedo encima’.
Como si fuera poco todo lo que acabo de contarles, esta
mañana mi nena más pequeña me confesó que su papá le sacaba fotos desnuda
cuando ella se bañaba…
Mi cabeza está a punto de explotar. No puedo creer que mi
esposo sea… He estado viviendo con un abusador y no sólo con un abusador, sino
el abusador de mi hija. He estado durmiendo con mi peor enemigo¨.
¿Cómo reaccionaría usted si la persona con la cual convive,
de un momento para otro, se transforma en el monstruo que destruye vidas
inocentes, incluida la de su hija más pequeña?
Es difícil proceder con sentido común cuando las emociones
están tan dañadas. Sin embargo, si se encuentra en una situación similar,
mantenga la calma.
El primer paso es sumamente importante, ya que la pareja de
un pedófilo habitualmente se limita a echar culpas y denigrar al abusador, pero
lo sigue dejando en la casa y, por supuesto, no lo denuncia. No quiere perder a
su pareja, teme el desamparo económico, no desea cargar con la culpa de verlo
preso; entonces, reacciona en el momento, para diluirse en la nada poco
después.
Si usted es la pareja de un abusador, no imite este
comportamiento. Usted tiene una responsabilidad social y familiar. Si alguien no
lo detiene, la perversión sexual de su cónyuge cobrará más víctimas inocentes.
Él no cambiará su conducta, aunque usted lo desee, él lo prometa y usted le
crea. Debe buscar ayuda inmediatamente. Consulte con un psicólogo/a u otro
profesional especializado en el tema. Esperar y tratar de hacer cambiar al
victimario, en lugar de ser una buena idea, profundiza el problema. Recuerde
que usted no tiene el poder para transformar a nadie, aun cuando ese “alguien”
sea su propio esposo/a.
Hoy es el día de cambiar el curso de la historia. El primer
paso suele ser el más difícil, pero es la única manera de enfrentar este mal
que destruye lo más importante que tenemos, nuestros hijos.
Quizás se vea motivado/a por la palabra del Espíritu Santo
que, haciéndose eco de los sufrientes, nos insta a intervenir: “Libra a los que
son llevados a la muerte; salva a los que están en peligro de muerte”,
Proverbios 24:11 Su pasividad puede ser el camino más sencillo, pero el más
peligroso y el generador de la mayor culpa que jamás imagine. Si usted decide
no ayudar, vivirá sin problemas al callar, pero sin paz por toda la eternidad.
¿Qué elige?
(Restauración Sexual)
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