LEA Juan 15:1-13
| ¿Cómo se modifica la conducta?
En su libro El animal social, David Brooks señala que algunos expertos han dicho
que la gente solo necesita que se le enseñe sobre los riesgos a largo plazo de
la mala conducta.
Por
ejemplo, escribe: «Fumar puede producir cáncer, el adulterio destruye familias
y mentir acaba con la confianza. Se suponía que, siempre que se les recordara a
las personas cuán necia es su conducta, se sentirían motivadas a abandonarla.
Tanto la
razón como la voluntad son evidentemente importantes para tomar decisiones
morales y ejercer dominio propio, pero ninguno de estos modelos de carácter ha
demostrado ser muy eficaz». En otras palabras, la sola información no tiene
suficiente poder para modificar el comportamiento.
Como
seguidores de Cristo, queremos crecer y cambiar espiritualmente. Hace más de
dos milenios, Jesús les dio a sus discípulos la clave para lograrlo:
«Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por
sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en
mí» (Juan 15:4). Jesucristo es la vid, y nosotros, sus seguidores, somos las ramas.
Si somos sinceros, sabemos cuán inútiles y espiritualmente ineficaces somos
cuando estamos separados de Él.
Cristo
transforma nuestro corazón y reproduce su vida en nosotros… cuando permanecemos
en Él.
Un cambio
de conducta empieza cuando Jesús transforma el corazón.
(Nuestro
Pan Diario)
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