Leer | ROMANOS 6.8-11
| Cuando usted vio el título de
la meditación devocional de hoy, imagino que pensó que se refería a Jesús. Si
es así, acertó a medias. La cruz es siempre acerca de Jesús, pero los creyentes
también están destinados para el sacrificio y la muerte.
Pero Dios no se detiene en la salvación; su propósito
es conformar a los creyentes a la imagen de su Hijo (Ro 8.29). Por eso, nos
convierte en hombres y mujeres que experimentan la libertad, porque el Señor
Jesús ha triunfado sobre el pecado. Sin embargo, para vivir como Dios quiere,
tenemos que estar dispuestos a dar a Cristo la posición central en nuestras
vidas. Por consiguiente, el Señor nos llama a la cruz todos los días, para que
renunciemos a las cosas que puedan distraernos de nuestro objetivo de servirle
y obedecerle.
No entienda mal lo que significa estar destinado a la
cruz. Dios no nos va a quitar todo, dejándonos como unos solos y tristes
indigentes. Poner nuestras cosas de valor en la cruz ya sean bienes, personas
o sueños nos libera de lo que nos ata a este mundo.
Cuando somos libres de las cosas del mundo, nuestra
autoestima no depende de lo que tenemos o de la aceptación de la gente, porque
estamos completos en el Señor. Para disfrutar de una vida nueva en Cristo bien
vale la pena hacer un viaje diario a la cruz.
(En Contacto)
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