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MATEO 26.36-46 | Cuando usted está sufriendo, ¿acude a la
Palabra de Dios? Ella es la única fuente con la que podemos contar para recibir
vida, esperanza y promesa en situaciones que, de lo contrario, serían
desesperantes. Los preceptos bíblicos ilustran cómo lidiar con las pruebas, y
cómo no hacerlo. Cuando respondemos como el Señor quiere, la dificultad que
amenazaba con causarnos daño, realmente enriquece nuestro carácter y nos
permite hacer grandes cosas para Él.
Creo que el
sufrimiento más intenso fue el de Jesús en el huerto de Getsemaní. Cristo sabía
que, al cargar con nuestro pecado, iba a sufrir no sólo una crucifixión
espantosa, sino también toda la ira de Dios. Pero más terrible aun, es que
estaría separado de su Padre por primera y única vez. Eso es algo que ningún
otro hijo de Dios tendrá jamás que soportar, porque la agonía de Jesús logró la
redención de la humanidad. Por eso, sabemos que en cualquier prueba que
enfrentemos, Dios estará a nuestro lado, apoyándonos en medio de ella.
Que la
experiencia de Jesús en Getsemaní le sirva de ejemplo en tiempos de dificultad.
Nuestro Salvador confió plenamente en su Padre, y aceptó su voluntad. Recuerde
que Dios tiene el control, y Él le pone un límite a la duración y a la
intensidad del dolor. Y, aunque al Señor le duele ver sufrir a sus hijos, nos
ama lo suficiente como para permitir las dificultades.
¿Qué prueba
está usted enfrentando? ¿Confía en que Dios tiene el control? Nuestro Padre
celestial permite el dolor porque nos ama y sabe los cambios necesarios que el
dolor producirá en nuestra vida. Y Él no escatimará ninguna experiencia,
esfuerzo o dolor para conformarnos a la imagen de su Hijo.
(En
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