Leer | LAMENTACIONES 3.22, 23 | La
confianza es muy valiosa en estos días, pues parece ser muy escasa. La ambición
egoísta, la codicia y la búsqueda constante de ser el número uno son demasiado
frecuentes; a algunas personas, incluso, les resulta difícil confiar en sí
mismas. En cambio, tenemos muchas buenas razones para confiar en el Señor.
Segundo, Dios es la esencia misma de la verdad. Él no
está puesto bajo la autoridad de ninguna otra autoridad que determine si hace o
no lo correcto. Por el contrario, Él es nuestro modelo de rectitud a seguir. Y
porque Él es la verdad, sabemos que nunca nos engañará.
Tercero, Él ha demostrado ser absolutamente fiel. Como
dice la Biblia: “Nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana;
grande es tu fidelidad” (Lm 3.22, 23).
Cuarto, Dios es digno de confianza porque tiene el
control absoluto de cada situación. El Salmo 103.19 declara: “Jehová estableció
en los cielos su trono, y su reino domina sobre todos”.
Nada puede impedir que el Señor haga su voluntad
perfecta, no importa lo difícil que pueda parecernos la situación. Nuestras
vidas son evidencias de su poder y de su amor. Como hijos de Dios, podemos con
toda seguridad poner nuestra fe y confianza en Él, sabiendo que nunca seremos
defraudados.
(En Contacto)
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