Jacob, un
joven, que enamorado de Raquel había decidido dedicar años de su vida a
trabajar para su suegro, con el fin de poder casarse con el amor de su vida.
Cuando se
había cumplido el término de siete años, tiempo fijado por el suegro, se
realizó una gran boda, un banquete… pero llegada la noche, Labán, el suegro de
Jacob, cambió a las hijas y le entregó a Lea, la hija mayor en lugar de Raquel
a quien amaba.
Por lo que dice la Biblia en este relato, Lea no era tan linda como Raquel y Jacob nunca se había
fijado en ella, él estaba tan enamorado de la hermana menor, que los siete años
parecieron pocos días y pese al engaño que había sufrido decidió trabajar otros
siete años por Raquel.
El relato
dice que Jacob menospreciaba a Lea y si consideramos que ese matrimonio había
sido fruto de un engaño de su suegro no podríamos culparlo. Sin embargo, Dios
vio cuánto sufría Lea y le dio el privilegio de ser madre mientras que Raquel
fue estéril durante muchísimos años.
Puede ser
que Lea no haya estado en los planes de Jacob, que él nunca se haya fijado en
ella, que su relación haya sido fruto de un engaño pero Dios la tenía incluida
en sus planes, recordemos que ella fue la madre de Leví de quien nacería el
sacerdocio levítico y Judá de quien procede el linaje de David, llegando hasta
Jesús.
¡¿Quién
hubiera imaginado eso?!
A veces nuestras circunstancias no son lo que queremos, estamos por
alcanzar nuestro sueño y tenemos algo que nos impide llegar a él. Puede ser un
sueño profesional, familiar, personal que por alguna razón nos vemos impedidos de alcanzarlo y nos sentamos a
lamentarnos de la situación que tenemos.
Aún si
alcanzas parcialmente tu sueño y tienes que convivir con esas circunstancias
que no las planeaste no serás feliz. Es necesario que ames aquello que Dios te
dio, aunque no comprendas el propósito y hasta te enoje la idea de estar
pasando por eso. Si aprendes a amar y valorar lo que tienes,
Dios te
permitirá pasar la prueba y ver su plan perfecto.
Tal vez tu trabajo no es
el que soñaste, quizás tu familia no es como esperabas o probablemente por más que te
esfuerces el dinero no alcanza y las deudas crecen. Quizás alguien te traicionó
como le pasó a Jacob y todos sabemos que ese es uno de los peores dolores y que
además tener ese dolor acabaste metido en algo que no buscaste.
Pero así como
Lea no estaba en los planes de Jacob.
Dios tenía
un plan para ella y fue de bendición para toda la humanidad. Puedes estar
pasando circunstancias que no esperabas ni imaginabas que serán de bendición
para ti y los que te rodean, así que no pierdas la fe, confía en Dios y su
voluntad.
Él cambia
las adversidades en bendiciones pero tienes que estar dispuesto a dar gracias a
Dios en todo y por todo para que su mano poderosa obre a tu favor.
“Tu amor inagotable, oh Señor, es tan inmenso como los cielos; tu fidelidad sobrepasa las
nubes…
¡Qué
precioso es tu amor inagotable, oh Dios! Todos los seres humanos encuentran
refugio a la sombra de tus alas. Derrama tu amor inagotable sobre los que te
aman; haz justicia a los de corazón sincero” Salmos 36: 5, 7 y 10 (NTV)
Dios honra
a aquellos que lo buscan sinceramente y tienen un corazón agradecido; así que
sin importar cómo se haya presentado tu Lea, te invito a amarla y darle gracias
a Dios por ella porque de esa forma Él te está preparando para algo mejor, su
fidelidad y su amor van más allá de lo que imaginamos y hay una bendición
especial en ella.
(Por Ana
María Frege Issa ; Renuevo de Plenitud )
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