Por Fernando Alexis Jiménez | Cuando a Reinaldo Ojeda los médicos debieron amputarle la pierna izquierda a los seis meses de edad,
familiares y amigos meneaban la cabeza con pesar y, muchos en voz baja, se atrevían a decir: “Lástima que un bebé tan lindo perdiera su extremidad”. Pero apenas él creció y tomó
conciencia de su discapacidad, pudo decir que nunca extrañó su pierna, ni siquiera para jugar al fútbol.
No le preocupó jamás el qué dirán sino salir adelante. Hoy es una estrella en varios países gracias
a su habilidad en el baile, modalidad en la que ha ganado varios concursos.
Desde
niño aprendió a manejar la muleta como si fuera una extensión de su
cuerpo. A los 4 años
aprendió a andar en bicicleta, a meter goles y a jugar a las
escondidas. A los 7 era el parejo preferido de su mamá y a los 11
presentó su primer show bailando en un establecimiento muy
concurrido. Desde entonces se dedicó a bailar.
Alguien
subió a Youtube uno de los videos en los que aparece haciendo figuras
sobre una pista, y de
la noche a la mañana saltó a la fama. A sus 37 años ha viajado por
Estados Unidos, Japón, Chile, Holanda, Italia, Nicaragua y Singapur.
Trabajó en un taller de mecánica, un banco y una notaría, pero su carrera despegó en 2007 cuando un
canal brasileño lo descubrió en YouTube y lo llevó a Río de Janeiro.
Reinaldo
Ojeda es un triunfador. Nadie puede impedir que el futuro prometedor
que se abre ante sus
ojos, es el fruto de creer en las capacidades que Dios le dio, de la
perseverancia y el convencimiento de que los obstáculos están en la
mente y no en el cuerpo; que todos nacimos para
vencer…
Probablemente
usted lo ha visto en videos. ¿Considera que solamente él puede llegar
lejos?¿No ha
considerado la posibilidad de usted mismo dar rienda suelta a los
sueños y no conformarse a su actual situación? Recuerde que Dios nos
concibió para ser ganadores, no importa las circunstancias
que debamos enfrentar.
Jamás olvide que Dios nos concibió con mentalidad de ganadores en todas las áreas de nuestra vida... |
Los principios y valores, el fundamento
Los
ganadores definen en su vida principios y valores que los motivan a
seguir escalando peldaños
hacia la superación y la realización personal. Trazan una meta y
orientan sus esfuerzos a alcanzar la línea final. Sólo entonces dicen:
He vencido. Saben que al paso encontrarán obstáculos, pero
no los detienen sino que ponen su mirada en los resultados.
Aplica en todas las áreas de nuestro desenvolvimiento, y por supuesto, en la vida cristiana, como
anota el apóstol Pablo al dirigirse a los creyentes de Filipos: “Queridos
amigos, siempre siguieron mis instrucciones cuando estaba con ustedes; y
ahora que
estoy lejos, es aún más importante que lo hagan. Esfuércense por
demostrar los resultados de su salvación obedeciendo a Dios con profunda
reverencia y temor.
”(Filipenses 2:12. Nueva Traducción
Viviente)
Asumimos unas bases para alcanzar metas, y debemos movernos alrededor de ellas. Sólo de esta manera
aseguramos la materialización de nuestros sueños.
Como hombres y mujeres de fe, aprendemos las pautas trazadas por la Biblia, las interiorizamos y es
necesario caminar bajo tales parámetros. Deben constituir nuestra línea de pensamiento y comportamiento.
Dios, nuestra fortaleza
Dios
concibió con mentalidad de vencedores. No obstante, somos ustedes y yo
quienes decidimos si
seguimos estancados o por el contrario, avanzamos hacia el triunfo
por encima de la adversidad. Ganamos, vencemos, llegamos muy lejos.
Si tiene sueños, con ayuda de Dios luche por
materializarlos
|
Enseña el apóstol Pablo que el Señor es quien coloca el querer como el hacer:
“Pues Dios trabaja en ustedes y les da el deseo y el poder para que hagan lo que a él le agrada.”(Filipenses 2:13. Nueva Traducción Viviente)
Nuestro
amoroso Padre sabe qué anhelamos, qué sueños acariciamos así como la
disposición que nos
asiste de cambiar y crecer en todas las áreas de nuestra existencia;
Él quiere ayudarnos y nos fortalece en cada paso que damos, si nuestra
dependencia está afincada en Su poder.
Brillar en medio de las tinieblas
Pensar
y actuar distinto que los demás, no solamente es bastante complejo sino
que –en la mayoría de
los casos—despierta envidias, críticas, burlas y oposición. Sin
embargo, debemos avanzar. Si tiene sueños, con ayuda de Dios luche por
materializarlos.
Si emprendió el camino de crecimiento personal y espiritual, no se detenga, avance. Puedo asegurarle
que llegará muy lejos.
El apóstol Pablo instruye que: “Hagan todo sin quejarse y
sin discutir, para
que nadie pueda criticarlos. Lleven una vida limpia e inocente como
corresponde a hijos de Dios y brillen como luces radiantes en un mundo
lleno de gente perversa y
corrupta. ” (Filipenses 2:14, 15. Nueva Traducción
Viviente)
Marcamos
la diferencia con una forma de pensar y actuar renovada. Eso por
supuesto implica renunciar
a viejos parámetros, a paradigmas sobre los cuales nos educaron y
terminan siendo perjudiciales cuando nos llevan a pensar que los demás
pueden llegar lejos y nosotros no; que los demás pueden
cambiar su forma de obrar, y nosotros no. Hoy es el día oportuno
para imprimirle un cambio a su existencia.
Sueñe, pero sueñe en grande porque nuestro Dios es un Dios de grandes sueños. Camine, de pasos
firmes hacia sus metas. En el Señor todo, absolutamente todo podemos lograrlo (Cf. Filipenses 4:13)
Hoy
es el comienzo de una nueva vida, y puedo asegurarle que no se
arrepentirá. El primero paso es
abrirle las puertas de su corazón a Jesucristo, y dejarle que
transforme todo su ser. El segundo, desempolvar los viejos sueños,
someterlos a Dios y dejar que Él le oriente en la ruta a seguir
(Cf. Salmo 37:5), y por último, creer que no hay obstáculo que pueda
detenerlo en cualquier aspiración, si está avanzando de la mano de
Dios, Aquél que todo lo puede.
Fuentes: Estudios Biblicos
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.