"Te
ofreceré sacrificio de alabanza e invocaré el nombre de Jehová, pagaré ahora
mis votos delante de todo su pueblo, en los atrios de la casa de Jehová, en
medio de ti, oh Jerusalén, aleluya." Salmo 116: 17-19
Aquel
hombre había tenido un día muy exhausto en su trabajo, nada le salió bien y
sentía que ya no tenía fuerzas para dar un paso más, sólo quería descansar,
pero en su mente el Espíritu Santo le recordaba que era día de ir a alabar a
Dios en la Iglesia.
Había
muchas excusas, había muchas razones, todas las peguntas y respuestas le daban
la razón, pero sólo algo era lo que le hacía seguir y era que no encontraba
respuesta a esta simple pregunta "¿por qué no alabo en este día?" En
medio de mi cansancio y de mis aflicciones...?
Reflexionemos
y miremos todas las bendiciones que Dios nos da cada dia: casa, comida,
vestido, familia, salud, confort; no hay una sola razón por la que no debamos
alabarlo cada día.
Como este
hombre, dejemos nuestro cansancio físico o emocional, llevemos nuestra carga a
sus pies y alabemos a Dios en su santo templo por todas y cada una de las bendiciones
que tenemos. Busquemos ser un sacrificio agradable a Él, aunque nuestras
fuerzas estén en el nivel más bajo o en 0, Él mirará nuestro sacrificio y
alegraremos su corazón sobre todas las cosas.
Oración:
Señor
Jesús, no permitas que deje de alabarte, ni que busque excusas, ni que te ponga
al final de mi lista; Deja que tu espíritu traiga convicción a mi vida y me
ayude a buscarte fielmente y en todo momento, permíteme ser un sacrificio vivo
diariamente. En el nombre de Jesús. Amén.
Escrito por
Rosario Guerrero. Asistente Operaciones, CBN, Perú.
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