BY RICK
WARREN — La razón por la cual eres de gran valor es por lo que Dios dice de ti,
no por lo que otras personas digan.
Muchas
personas no tienen autoestima. Ellos no se sienten bien consigo mismos porque
siempre están intentando mejorar su ánimo por la clase de ropa que visten, el
tipo de auto que conducen y las cosas que dicen. Esas personas siempre intentan
levantarse a sí mismos como una forma de sentirse mejor pero es porque ellos no
se aceptan como son realmente –lo cual es rebeldía contra Dios.
Si Dios
quisiera que fueras otra persona, no existirías. ¡Pero Él te quería a ti! El
hizo que fueras lo que eres. El verdadero auto estima viene de tres factores:
Dios te
creó.
Jesús murió
por ti.
El espíritu
de Dios vive en ti.
La Biblia
dice que “Somos la obra maestra de Dios. Él nos creó de nuevo en Cristo Jesús,
a fin de que hagamos las cosas buenas que preparó para nosotros tiempo atrás.”
Efesios 2:10 (NTV). El nuevo testamento fue escrito originalmente en griego. La
palabra griega para “obra maestra” es “poema”. La misma palabra que tenemos en
español. Dios dice: “Tu eres mi poema. Tú eres mi obra maestra. No quiero que
copies a nadie más. He puesto dones en ti –corazón, habilidades, personalidad y
experiencias- y quiero que los uses”. Tú vales por lo que Dios ha dicho y hecho
por ti.
No solo
eres deseado; ¡eres necesario! La Biblia dice en 1 Corintios 12:4-6 “Ahora
bien, hay diversos dones, pero un mismo Espíritu. Hay diversas maneras de
servir, pero un mismo Señor. Hay diversas funciones, pero es un mismo Dios el
que hace todas las cosas en todos” (NVI).
Eres
necesario. Eres necesario en tu iglesia. Eres necesario en tu comunidad. Eres
necesario en este mundo. Si no fueras necesario, Dios no te hubiera hecho. Él
no te creó solo para que te sientes, te alimentes y te amargues. Él te trajo
para hacer una contribución con tu vida. Y todos somos necesarios.
No hay
gente pequeña en la familia de Dios, cada parte es necesaria. ¿Sabes cuál es la
luz más importante en mi casa? No es el gran candelero en el comedor. Es la
pequeña lamparita de noche que enciendo cuando necesito levantarme e ir al baño
a mitad de la noche, para no tropezarme.
Cada parte
es importante. Tú eres importante. Tú vales por lo que Dios hizo y pagó un gran
rescate por tu vida cuando él envió a su hijo, Jesús, para morir en la cruz por
ti.
Reflexiona sobre esto:
¿Cuál es tu
parte en la iglesia? ¿En tu comunidad? ¿En el mundo? ¿Cómo lo estás
cumpliendo?
¿De qué
manera has intentado aumentar tu auto estima?
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