BY RICK
WARREN — Dios quiere hablarte. Pero primero tienes que eliminar las
distracciones para que puedas escucharlo.
No puedes oír a Dios cuando tu mente está
llena de preocupaciones, planes y
actividades. No puedes oír a Dios cuando tu mente está llena de
programas de TV, Internet y celular. En muchos de ustedes, hay demasiado ruido
que les impide escuchar a Dios.
Este es un
suelo con hierba mala. En Lucas 8:7 Jesús dice “Otra parte cayó en medio de los
espinos; y los espinos, al crecer con ella, la ahogaron”. Observa que la semilla empieza a crecer; pero
después de un tiempo la maleza la ahoga, y por tanto nunca dará frutos.
En el
versículo 14 Jesús explica el significado. “Las semillas que cayeron entre
espinos son como aquellos que oyen el mensaje, pero yéndose dejan que las
preocupaciones, las riquezas y los placeres de esta vida los ahoguen, y no dan
fruto.”
Una de las
más grandes distracciones que nos impide escuchar a Dios son nuestras
ocupaciones. Muchas personas confunden
actividad con productividad; pero esto no es lo mismo. Puedes ir y venir pero
no llegas a ningún lado, sólo estás dando vueltas y vueltas. Si siempre te
mantienes ocupado pero realmente no ves ningún
progreso en tus actividades, entonces no habrá ningún fruto en tu vida.
Existen
tres clases de hierbas malas que tienden a borrar a Dios de tu vida.
La primera es la preocupación. La palabra “preocupación”
realmente significa “ir en diferentes direcciones” Olvidas a Dios porque estás lleno de ansiedad y súper estresado.
La segunda es ganar dinero. Puedes estar tan ocupado
trabajando para ganar dinero que te olvidas de Dios. Te dedicas a trabajar un
día completo, regresas agotado a la casa, luego, llega la mañana siguiente y
sigues haciendo lo mismo. Estás tan ocupado haciendo tu vida, que no estás
haciendo una vida con Dios.
La tercera es el placer. ¿Qué hay de malo con el placer?
Nada – excepto que cuando estás tan ocupado persiguiendo la diversión te
olvidas de Dios.
Hay
muchísimas clases de malezas. Una hierba mala es cualquier cosa que toma el
primer lugar en tu vida en vez de Dios. Una hierba mala es cualquier cosa que
llega a sacar a Dios de tu agenda.
¿Con cuánto
esfuerzo crecen las hierbas malas? Ninguno. Las hierbas malas son señales de
negligencia. Cada vez que tienes desidia de tener un tiempo con Dios y con tu
grupo pequeño, ¿Adivina que pasa? La mala hierba va empezar a crecer en tu
vida. Puede que no sean estas tres mencionadas; pero habrá alguna. Ellas van a
ir creciendo hasta estrangular, acabar con tu vida espiritual.
Dios está
tratando de contactarse contigo. ¿Está recibiendo la señal de ocupado? Tienes
que ser proactivo y eliminar las malas hierbas de tu vida, entonces Dios puede
hablarte y producir frutos en tu vida.
Reflexiona sobre esto:
¿Qué dice
tu agenda sobre lo más importante para ti?
¿Cuáles son
las otras hierbas malas que has permitido que crezcan en tu vida y que ahogan
las oportunidades de escuchar a Dios?
¿Cómo
puedes ajustar o eliminar actividades de tu agenda para que puedas tener más
tiempo con Dios y más tiempo en desarrollar tus relaciones?
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