Leer: 1
Crónicas 16:7-14 | Según una investigación del departamento médico de una
prominente universidad: «Si la gratitud fuera un medicamento, sería el producto
mejor vendido en el mundo, por sus [beneficios saludables] para todos los
sistemas importantes del organismo».
Para algunos,
ser agradecido significa simplemente vivir con un sentimiento de gratitud,
dedicando tiempo para reconocer lo que tenemos y enfocarnos en eso, en vez de
pensar en lo que nos gustaría tener. La Biblia profundiza aun más el concepto
de la gratitud y señala que dar gracias nos lleva a reconocer a Aquel que nos
concede las bendiciones que disfrutamos (Santiago 1:17).
David sabía
que Dios era responsable de que el arca del pacto llegara a salvo a Jerusalén
(1 Crónicas 15:26). Esto lo llevó a escribir un cántico de gratitud centrado en
el Señor, en lugar de expresar simplemente su deleite ante un acontecimiento
importante. La balada comienza diciendo: «Dad gracias al Señor, invocad su
nombre; dad a conocer sus obras entre
los pueblos» (16:8). Luego, se regocija en la grandeza de Dios, y enfatiza la
salvación que Él ofrece, su poder creador y su misericordia (vv. 25-36).
Hoy podemos
demostrar verdaderamente nuestra gratitud adorando al Dador en lugar de
enfocarnos en los regalos que disfrutamos. Centrarnos en las cosas buenas de
nuestra vida puede beneficiar nuestro cuerpo, pero expresarle a Dios nuestra
gratitud nos mejora el alma.
La verdadera
acción de gracias se concentra en el Dador, no en las dádivas.
Nuestro Pan
Diario
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